A continuación, la historia de la mujer que está presa e imputada por delitos federales y provinciales, bajo la fuerte sospecha de ser la jefa de una organización criminal de venta de drogas.

De los años felices de La Yaqui en Godoy Cruz a la cárcel de mujeres en El Borbollón por presunta líder narco

Por UNO

Alguien tiene que ser responsable de todos los males. Alguien real, de carne y hueso, que en lo posible sea un personaje con un nombre llamativo e inolvidable y que sobre él se puedan tejer cientos de versiones sin demasiado esfuerzo y se construya una especie de leyenda. Luego, si se lo puede encerrar bajo cuatro llaves, se podrá imaginar por un rato que la humanidad está a salvo. Pero la tranquilidad durará un rato, sólo hasta que se comience a vislumbrar que el padecer de la sociedad es demasiado amplio para cargárselo a una sola persona y que, en realidad, son muchos los responsables, tantos como todos los integrantes de esa misma sociedad.

En las últimas semanas el nombre del mal es Sandra Jaquelina Vargas y sus lugartenientes son todos los que la han rodeado: padres, hijos, hermanos, amantes, amigos.

Atendiendo la inquietud popular de estos días y pese a que, según reconocen, desde hacía mucho tiempo que se la tenía como una de las principales distribuidora de drogas en Mendoza, la Justicia logró detenerla a ella y a parte de su grupo el viernes 14 de marzo y ahora todos respiran tranquilos… por un rato.

Nani era un apodo muy poco sanguinario. Por eso, a pesar de que su familia y sus amigos la llamaron siempre así, para que Sandra Jaquelina Vargas Méndez fuera la representación misma de la oscuridad debía tener un nombre más pegador.

Entonces alguien la bautizó La Yaqui. Seguramente ese apodo se lo dio algún policía, uno de los tantos que han seguido sus pasos. Incluso cuentan que para despistar, La Yaqui comenzó a usar el mote de la Tía Susana.

Nació el 18 de agosto de 1976 en el hospital Emilio Civit y es una de los diez hijos de una pareja extremadamente humilde que vivió siempre en Godoy Cruz, entre los asentamientos Campo Papa y Susso.

Hasta los 15 años Jaquelina Vargas no fue más que una muchachita sin horizonte.

Fue en esa época cuando conoció a Cristian Mauricio Gélvez Gatto, un joven tres años mayor que ella.

Dicen que ese encuentro, además de significar para ella la formación de su única pareja y con los años ser madre de cinco hijos, fue la puerta de ingreso al mundo de la droga.

Sin embargo la historia judicial de Gélvez no está ligada a los estupefacientes, sino a las armas.

Cumplió alguna condena por robo agravado y hasta fue imputado pero sobreseído por un homicidio ocurrido en 2007.

Incluso dicen que uno de sus mejores amigos, Alberto Mingo Gentile, murió en un accidente de tránsito el 14 de setiembre de 2007 cuando la moto chocó contra un poste, mientras él y Gélvez supuestamente escapaban de la policía después de un asalto.

Se sospecha que durante las épocas en que Gélvez estaba detenido era su mujer, Jaquelina Vargas, la que se ponía al frente de la sencilla pero eficaz organización que vendía drogas al menudeo en Godoy Cruz.

Para ese tiempo la pareja ya se había mudado al barrio Los Toneles.

Junto a la casa abrieron una rotisería, a nombre de Nora Gatto, madre de Gélvez.

A pesar de la supuesta actividad ilegal que La Yaqui comandaba y que la policía conocía bien, su historial judicial no es muy extenso.

El 6 de abril del 2001 policías de Toxicomanía allanaron una casa del barrio Susso y la detuvieron allí junto con su hermano Luis Alfredo Vargas, apodado simplemente Luisito.

La investigación era por venta de estupefacientes, pero el 29 de mayo del 2002 apenas pudieron condenarla por tenencia para consumo. Le aplicaron una pena de tres años de prisión y $100 de multa y cuatro días después le dieron la libertad condicional.

Su hermano Luis fue condenado a 7 años y medio de prisión en 2011, después de que en octubre de 2010 fuera descubierto en Guaymallén con 150 kilos de marihuana en un auto.

En enero de 2013 La Yaqui fue apresada nuevamente por unas horas. Esa vez se la detuvo por tratar de entorpecer un allanamiento por drogas que se hacía en Godoy Cruz, pero no fue imputada.

Día clave

Quizás uno de los momentos claves de la historia ocurriría el 18 de enero último. Ese día la casa de La Yaqui fue atacada a balazos. Ella salió ilesa pero el padre de sus hijos, Cristian Mauricio Gélvez Gatto, que en ese momento disfrutaba de uno de sus períodos en libertad, recibió tres impactos en el abdomen y en el tórax.

A las 2.52 del 22 de enero falleció en el hospital Lagomaggiore por un “paro cardiorrespiratorio por hemorragia interna”. Las fuentes oficiales, incluido el director de la Policía, Juan Carlos Caleri, atribuyeron ese ataque a una  guerra de bandas por el manejo de la venta de drogas. Pero Nani, la Tía Susana, La Yaqui, Sandra Jaquelina Vargas Méndez, no quedaría expuesta ante la sociedad e intensamente perseguida por la Justicia por su supuesta vinculación con la venta de estupefacientes que todos sabían, según las fuerzas del orden y la misma Justicia.

La Yaqui se transformó en el nombre de todos los males cuando se denunció que por orden suya se había amenazado de muerte a tres periodistas del diario El Sol que habían seguido su carrera y publicado varios informes, mucho más detallados que los que se animaron a dar los organismos oficiales, que desnudaron la trama y también fueron utilizados en parte como fuente para la reconstrucción de esta historia.

En la mañana del 14 de marzo último, Sandra Jaquelina Vargas, conocida públicamente como La Yaqui, fue detenida en una agradable casa ubicada en la localidad de Juana Koslay, en San Luis.

También cayeron presos ese día varios integrantes de su familia.

Hoy La Yaqui está presa. Algunos creerán que todos los males han sido curados. Pero luego vendrán otros y se necesitará alguien más a quien cargarle todas las culpas.

Bajo proceso

Los detenidos

Silvina Gélvez (20), hija mayor de Jaquelina Vargas, capturada junto con ella en San Luis.

Carlos Damián Vargas, apodado El Guatón, hermano de La Yaqui, preso en otro allanamiento en San Luis.

Carlos Junior Vargas, sobrino de La Yaqui, detenido en un allanamiento en Godoy Cruz.

Patricia Mercedes Vargas (41), hermana de La Yaqui.

Nora Gatto (62), la suegra de La Yaqui.

Ante la ley

Los delitos. Los que se le imputan a cada una de las personas detenidas son diversos, algunos de los cuales le competen a la Justicia provincial y otros a la federal. Van desde lavado de dinero y amenazas hasta tentativa de homicidio y venta de estupefacientes.

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La Yaqui, durante esta semana, cuando se abstuvo de declarar ante el fiscal Alessandra.
La Yaqui, durante esta semana, cuando se abstuvo de declarar ante el fiscal Alessandra.
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Silvina Gélvez, la mayor, rumbo a la fiscalía, donde se negó a declarar.
Silvina Gélvez, la mayor, rumbo a la fiscalía, donde se negó a declarar.
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Su llegada al penal de mujeres de El Borbollón, en Las Heras, donde está alojada.
Su llegada al penal de mujeres de El Borbollón, en Las Heras, donde está alojada.