Uno de cuatro. Un promedio que refleja lo empantanada que está la investigación por el crimen del peluquero Marcelo Paredes. A poco de cumplirse un año del asesinato en La Favorita, uno de los sospechosos de gatillar contra el joven de 19 años recuperó su libertad.

Eduardo Tobares (24) pagó una fianza y volvió a la calle. Pese a tener una grave acusación en su contra, como lo es matar para robar, las pruebas en su contra fueron perdiendo peso a lo largo de la investigación.

Es que el fiscal de Homicidios Carlos Torres lo ubica como partícipe del crimen del peluquero Ahito, como le decían en el barrio, gracias a un testigo de identidad reservada que declaró haber escuchado cuando Tobares confesaba el hecho de sangre. Sin embargo, la persona a la que le habría comentado que participó del asalto fatal también declaró y desmintió esa versión, según detallaron fuentes judiciales.

A esta evidencia vapuleada se sumaron otros testigos, familiares de Tobares, quienes aseguraron que al momento del asesinato en La Favorita se encontraban con él comiendo un asado en otro lugar.

Con estos elementos, los abogados defensores Emiliano Marlia y Franco Migliavacca solicitaron el cese de la prisión preventiva el cual fue avalado, previo pago de una fianza, por la juez Érica Sánchez.

De esta forma, el único sospechoso que se encuentra detenido por el crimen de Marcelo Paredes es Horacio Rojas (30), quien está señalado como la persona que supuestamente espero al resto de la banda afuera en un auto mientras cometían el asalto.

Ni a Kevin González (30) ni a Axel Barraquero (20) se les dictó la prisión preventiva en el expediente por falta de pruebas contundentes para sostener las detenciones.

El hecho

Marcelo Paredes tenía 19 años, pero pese a su corta edad había juntado el dinero suficiente para ponerse una peluquería barrial en su domicilio ubicado en la zona de La Favorita.

En las últimas horas del 21 de febrero pasado, tres sujetos encapuchados ingresaron y lo amenazaron con un arma de fuego. Le efectuaron un disparo en el pecho para robarle su celular y otras pertenencias. Ahito estuvo internado en el Hospital Central hasta que murió seis días después.