Afuera en el pasillo estaban expectantes todos los medios de prensa locales y nacionales comoasimismo las asociaciones protectoras de animales de la provincia. Y es que el hecho que se registró en Agrelo el 28 de setiembre del 2008, en el cual murió uncachorro mestizo de labrador por las graves heridas que le infirió un pitbull en una pelea deperros, provocó una fuerte indignación. En ese momento se hizo la denuncia al 911, que mandó a dos móviles al barrio Juan Pablo II,de Agrelo, Luján. Los efectivos llegaron y vieron un grupo de gente que se dispersaba ante supresencia. Cuando el auxiliar Sebastián Vaquel quiso socorrer al cachorro, fue atacado por unpitbull, lo que motivó que el efectivo sacara un arma con posta de goma y lo hiriera en el costado. Pero la suerte del cachorro ya estaba signada porque las graves heridas que recibió en todaspartes del cuerpo le ocasionaron la muerte, pese a los cuidados del veterinario John Bell. No asíla perra pitbull, que estaba preñada, logró salvarse. El acusado José Luna Reynoso trató de desligarse del hecho argumentando que los perros erande su hijo menor de edad y que él llegó al lugar cuando escuchó el disparo de la policía. Luegohizo creer que no tenía relación con la familia y que se pasaba los días trabajando. Sin embargo eldía del hecho justamente hacía un asado para su familia. Dijo que los pitbull estaban tranquilos yque el mestizo no era suyo. También negó haber visto sangre y la pelea. Dijo que los animales estaban en su casa desde hacía apenas un mes y que no sabía quiénorganizaba las peleas de perros. Sin embargo reconoció que después de este episodio, no ledevolvieron los perros por lo que buscaron otros dos de la misma raza, de los que tuvieron quedeshacerse porque agredieron a una señora. Reconoció que cuando llegó a la comisaría lo llamaron aél para sacar a la perra herida del calabozo donde estaba. Esto demuestra que el animal respondía asu mandato.
Diferente versión El veterinario John Bell confirmó que cuando él vio el cachorro tenía múltiples heridasdesgarrantes en todo el cuerpo y que por más que hubiera estado internado no se hubiera salvadodada la gravedad de las mismas. Atribuyó estas lesiones a una pelea de perros no circunstancial, ya que los pitbull sóloatacan si están estimulados. "El labrador no tenía sarna, estaba embarrado porque fue arrastrado;es que usan animales de menor porte para ensañar o cebar al animal que cuando muerde no suelta. Elestado del cachorro -reiteró- era compatible con una pelea de perros". También declaró que "los pitbull no tenían lesiones pero sí rastros de una pelea". Dijo quepidió la colaboración del dueño (en este caso José Luna) para colocarle el bozal porque era alguienque conocía y respetaba". En cuando a los policías que concurrieron al lugar, el oficial Martín Marianetti confirmó quehabía mucha gente presenciando la pelea y cuando llegaron se dispersaron. Luego regresó un grupo yun hombre que se le puso al lado le preguntó "por qué le tiraron al perro que era suyo". Muchaspersonas me pedían que atendiera al cachorro", afirmó. También el oficial Vaquel confirmó que erauna pelea de perros la que se estaba desarrollando en el lugar: "El pitbull tenía agarrado de laverija al cachorro y no lo soltaba. Cuando yo quise separarlos se me vino encima y me obligó atirarle con posta de goma".