Policiales
En acusado llegó esposado a Tribunales por pedido de la jueza porque cuando se iba a hacer el juicio la semana pasada no se presentó.

Comenzó el juicio por una pelea de perros en 2008

Por UNO

José Luna llegó hoy esposado al Quinto Juzgado Correccional, de Dorotea Imaz. Esto se explicaporque el hombre no había concurrido a comparecer la semana pasada para ser juzgado por crueldad

contra los animales, que viola la Ley 14.636. Frente a esta negativa, la jueza lo hizo detener.

Afuera en el pasillo estaban expectantes todos los medios de prensa locales y nacionales como

asimismo las asociaciones protectoras de animales de la provincia.

Y es que el hecho que se registró en Agrelo el 28 de setiembre del 2008, en el cual murió un

cachorro mestizo de labrador por las graves heridas que le infirió un pitbull en una pelea de

perros, provocó una fuerte indignación.

En ese momento se hizo la denuncia al 911, que mandó a dos móviles al barrio Juan Pablo II,

de Agrelo, Luján. Los efectivos llegaron y vieron un grupo de gente que se dispersaba ante su

presencia. Cuando el auxiliar Sebastián Vaquel quiso socorrer al cachorro, fue atacado por un

pitbull, lo que motivó que el efectivo sacara un arma con posta de goma y lo hiriera en el costado.

Pero la suerte del cachorro ya estaba signada porque las graves heridas que recibió en todas

partes del cuerpo le ocasionaron la muerte, pese a los cuidados del veterinario John Bell. No así

la perra pitbull, que estaba preñada, logró salvarse.

El acusado José Luna Reynoso trató de desligarse del hecho argumentando que los perros eran

de su hijo menor de edad y que él llegó al lugar cuando escuchó el disparo de la policía. Luego

hizo creer que no tenía relación con la familia y que se pasaba los días trabajando. Sin embargo el

día del hecho justamente hacía un asado para su familia. Dijo que los pitbull estaban tranquilos y

que el mestizo no era suyo. También negó haber visto sangre y la pelea.

Dijo que los animales estaban en su casa desde hacía apenas un mes y que no sabía quién

organizaba las peleas de perros. Sin embargo reconoció que después de este episodio, no le

devolvieron los perros por lo que buscaron otros dos de la misma raza, de los que tuvieron que

deshacerse porque agredieron a una señora. Reconoció que cuando llegó a la comisaría lo llamaron a

él para sacar a la perra herida del calabozo donde estaba. Esto demuestra que el animal respondía a

su mandato.

Diferente versión

El veterinario John Bell confirmó que cuando él vio el cachorro tenía múltiples heridas

desgarrantes en todo el cuerpo y que por más que hubiera estado internado no se hubiera salvado

dada la gravedad de las mismas.

Atribuyó estas lesiones a una pelea de perros no circunstancial, ya que los pitbull sólo

atacan si están estimulados. "El labrador no tenía sarna, estaba embarrado porque fue arrastrado;

es que usan animales de menor porte para ensañar o cebar al animal que cuando muerde no suelta. El

estado del cachorro -reiteró- era compatible con una pelea de perros".

También declaró que "los pitbull no tenían lesiones pero sí rastros de una pelea". Dijo que

pidió la colaboración del dueño (en este caso José Luna) para colocarle el bozal porque era alguien

que conocía y respetaba".

En cuando a los policías que concurrieron al lugar, el oficial Martín Marianetti confirmó que

había mucha gente presenciando la pelea y cuando llegaron se dispersaron. Luego regresó un grupo y

un hombre que se le puso al lado le preguntó "por qué le tiraron al perro que era suyo". Muchas

personas me pedían que atendiera al cachorro", afirmó. También el oficial Vaquel confirmó que era

una pelea de perros la que se estaba desarrollando en el lugar: "El pitbull tenía agarrado de la

verija al cachorro y no lo soltaba. Cuando yo quise separarlos se me vino encima y me obligó a

tirarle con posta de goma".