Se llamaba Jeremy Ahiara Lucero Gelliz. Tenía 2 años. A principios de 2017 apareció su cadáver en un canal en Las Heras. Tenía signos de haber sido abusada. Hubo dos sospechosos pero quedaron libres. Un caso que aún no tienen respuestas.
Pese a que ningún medio de comunicación lo difundió, el 27 de enero de ese año comenzó la historia. Jeremy vivía en una casa ubicada en calles Luján y Soler, en la localidad de El Resguardo. Una zona dominada por calles pedregosas y fincas.
En la propiedad habitaba casi toda la familia: abuela, madre, tíos y primos. La primera de ellas declaró que ese día se retiró a trabajar, cerró la puerta con candado y dejó a cuatro niños a cargo de una menor de 16 años, tía de Jeremy.
Lo cierto es que los pequeños salieron a la calle -la abuela declaró que alguien rompió el candado- y a los minutos volvieron con la novedad: Jeremy se había perdido.
Intervino la Policía. Horas después, efectivos de la Unidad Motorizada de Acción Rápida (UMAR) hallaron el cadáver de la pequeña sumergido en las compuertas de un canal de agua ubicado a pocos metros del domicilio.
Se realizó la necropsia de rigor. Pero además de constatar la muerte -no se sabe si fue por paro cardiorrespiratorio o por asfixia-, los forenses constataron lesiones anales.
La causa dio un giro de 180 grados y se comenzó a investigar un delito sexual. La progenitora de la pequeña declaró y apuntó contra una lista de sospechosos: su padrino, su hermano, el esposo de su prima. Todas personas que podían haber tenido contacto con la víctima ese día.
El 26 de junio siguiente, Rubén Antonio Echegaray fue detenido. Se trata del padrino de la madre. Le imputaron abuso sexual seguido de muerte, un delito que prevé prisión perpetua.
El hombre declaró. Aseguró que ese día estaba en su casa del barrio Chirino. Dos testigos ratificaron su coartada. A los 20 días, recuperó su libertad.
El 19 de septiembre fue detenido Diego Enzo Rodríguez, primo de la madre de Jeremy. También fue imputado, pero el 10 de noviembre siguiente volvió a la calle por falta de pruebas.
Los defensores oficiales Graciela Cola y Diego Flamant lideraron una audiencia el lunes pasado. Allí, el fiscal que ahora entiende el caso, Gustavo Pirrello, dictó el sobreseimiento de Echegaray. Se espera que ocurra lo mismo en los próximos días con Rodríguez.
De esta forma, y con dos años de investigación, la trágica historia que habla no sólo de un abuso sexual sino también del abandono de menores de edad aún no tiene respuestas.