En Facebook se mostraba como una madre agradecida por su hijo, preocupada. En WhatsApp y en la vida privada era otra cosa. Aprovechaba los momentos a solas para abusar del chico, autista, de 7 años y cumplir los deseos de su pareja que le pedía videos de cada uno de los momentos.
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En julio pasado, el área de Cibercrimen de la Departamental Quilmes de la Policía Bonaerense esposó a GA en el living de su casa en Berazategui mientras revisaban cajones y redactaban actas por ordenes del fiscal Daniel Ernesto Ichazo.
La mujer de 45 era maestra jardinera en escuelas públicas de Quilmes, la había delatado el teléfono celular de su novio, D.A.L, oriundo de Quilmes como ella, padre de una hija.
La maestra jardinera iba y venía de la Patagonia para verlo, tenía su pasaje en micro listo para visitar a su pareja en pocos días cuando la Bonaerense la arrestó. D.A.L vivía en Zapala, Neuquén, donde fue involucrado por el Juzgado Federal local en una causa narco, acusado de mover marihuana, procesado sin prisión preventiva.
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Le incautaron su teléfono en ese expediente, que luego fue peritado por Gendarmería. Y ese teléfono llevó a G.A. El fiscal Ichazo recibió la copia forense del aparato y detuvo a la maestra en cuestión de horas.
A su hijo, G.A le dedicaba palabras dulces en Facebook, estados en su muro. En su segundo cumpleaños, la maestra jardinera recordó el día del parto, su miedo y su ansiedad. “Cuando te volví a ver estabas muy grave, los médicos nos decían que tu vida corría peligro, pero vos viviste y me enseñaste a luchar ante cualquier adversidad, resistir. Y hoy, dos años después, me seguís enseñando que se puede ser diferente y especial a la vez”, escribió. “Feliz cumple”, cerró la maestra.
El teléfono de su novio decía otra cosa.
La pericia original al aparato encontró 67 videos donde su hijo es filmado desnudo en su propio cuarto, donde ella lo toca. Un video en particular le garantizó ser imputada por el delito de abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante. Le enviaba las filmaciones a su novio a través de WhatsApp, desde su teléfono personal.
Así, quedó acusada por el segundo delito en su calificación: producción de pornografía infantil.
En las conversaciones, el hombre procesado por narcotráfico se muestra sumamente demandante, pide y exige videos. “Mandámelo así que me gusta", le decía a la maestra jardinera para darle instrucciones. G.A se mostraba perturbadoramente complaciente. “¿Cómo querés? Decime”, le respondía ella. Algunas filmaciones duraban pocos segundos. Otras llegaban a los dos minutos de duración. El último video data de marzo de este año.
El chico hoy está al cuidado de una tía materna. La Municipalidad de Quilmes colabora con su tratamiento psicológico y su contención, junto a un programa del Ministerio de Justicia de la Nación que contiene a víctimas de abuso con condiciones especiales.
Mientras tanto, la situación del novio narco puede agravarse en las próximas semanas, la Justicia podrá considerarlo un partícipe necesario en las violaciones que sufrió el hijo de G.A en este esquema de videos de pedofilia on demand. La maestra, que se negó a declarar al ser detenida, podría ser condenada a un mínimo de 15 años de cárcel.