La abogada querellante dijo ayer que "se presentó un escrito solicitando que se eleve elmonto de la recompensa" y sostuvo que "hay elementos en la causa que deben volver a ser revisados",como la inicial declaración de uno de los cuatro imputados que originalmente tuvo el expediente yque terminaron siendo liberados por falta de mérito. En esa primera indagatoria, este sospechoso hizo prácticamente una confesión y un detalle delcrimen, pero sus dichos fueron declarados nulos por errores procesales y el caso quedó estancado. "Yo voy a recordar el crimen de Cacho todos los años y voy a hacer que todos lo tengan presente. Al menos hasta su esclarecimiento o hasta el día que yo me muera", dijo ayer Estela LauraChela Giagnoni (71), la mujer del malogrado comerciante y única testigo directa del homicidio. El 28 de mayo de 2008, dos semanas después de que se cumpliera el primer aniversario delhomicidio en ocasión de robo del comerciante de Junín, el entonces ministro de Seguridad, CarlosCiurca, firmó la resolución 1032-S, que dispuso una recompensa de $30.000 para quien aportara datosque permitieran esclarecer el crimen. La medida fue en respuesta a un oficio elevado dos días antespor el juez Carlos Dalton Martínez, titular del Segundo Juzgado de Instrucción de San Martín, endonde recayó el expediente después de una instrucción inicial realizada por su colega RicardoSchulz. Martínez había tomado esa iniciativa después de recibir la inquietud del por entonces jefe dela Comisaría 19 de Junín, Jorge Franco. La iniciativa terminó siendo un fiasco, ya que los teléfonos de los investigadores sólorecibieron algunos pocos datos, que terminaron siendo falsos. La abogada Laura Padilla, designada en diciembre pasado como representante de la querella porChela Itzcovici, dijo ayer que ya estudió pormenorizadamente los cuatro cuerpos que tiene la causay que en ellos "hay varias hipótesis sobre las que se tendrían que haber seguido trabajando" yestimó que para esclarecer el caso "se necesita voluntad política y judicial". El 14 de mayo de 2007 por la noche, cuatro hombres ingresaron en la casa de los Itzcovici.Buscaban una importante cantidad de dólares que la víctima ya no tenía allí. Los delincuentesmaltrataron al matrimonio y Cacho sufrió un paro cardiorrespiratorio que terminó con su vida. Losasaltantes tenían el dato de que allí había una caja fuerte, artefacto que Itzcovici había colocadohacía pocos días, información que muy pocos conocían. Los delincuentes huyeron en la Suzuki Grand Vitara negra del matrimonio. El vehículo viajó deforma directa hasta la playa de estacionamiento ubicada en Catamarca 44, de la Ciudad de Mendoza.Después fue perfectamente lavada y allí la encontró la Policía días después.