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El G77 más China, un grupo de negociación de países en desarrollo que agrupa a gran parte de los países de América Latina, pidió 1.3 billones para la nueva meta y que esta tenga fondos específicos para reducción de emisiones, adaptación y pérdidas y daños. Además, los fondos deben ser donaciones y no préstamos con el fin de no generar más deuda para unas economías ya sometidas a tensiones.
Del mismo modo, la Asociación Independiente de América Latina y el Caribe (AILAC), un grupo negociador de ocho países latinoamericanos, pidió que del número que finalmente se acuerde haya un porcentaje específico para la región. Otros bloques fuera de América Latina hicieron el mismo pedido, incluso sugiriendo montos específicos: la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS), integrada por 39 países, pide al menos 39.000 millones de dólares al año.
"Los países de América Latina están velando por los intereses de la región, pidiendo que los fondos sean públicos, previsibles y transparentes y que cubran a todos los sectores", sostuvo Sandra Guzmán, fundadora del Grupo de Financiamiento Climático para América Latina y el Caribe (GFLAC).
La nueva meta apoyará la reducción de emisiones en sectores como energía y agricultura y también la adaptación a los efectos del cambio climático, desde sequías a inundaciones. Además, al aumentar la financiación, permitiría a los países en desarrollo llevar a cabo acciones más ambiciosas en sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) actualizadas, sus planes climáticos como parte del Acuerdo de París, cuya presentación está prevista para 2025.
Estudios han demostrado que los países en desarrollo necesitan billones de dólares anuales para apoyar la acción por el clima. Según un informe, la aplicación de sus planes climáticos nacionales costará entre 5 y 6.8 billones de dólares acumulados de aquí a 2030. Otras fuentes estiman este costo en 7.8 billones de dólares para el mismo periodo.
"La meta debe ser fijada en el marco de la justicia climática, garantizar que los principales deudores climáticos del Norte Global canalicen financiamiento justo, accesible y libre de deuda para los países del sur", sostuvo Carola Mejía, coordinadora del área de Justicia Climática, Transiciones y Amazonía en la Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social (LATINDADD).
*Nota de Fermín Koop para Dialogue Earth
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