Hace cuatro años la historia era distinta. La Selección de Alejandro Sabella, sin tanto brillo, había encontrado en Brasil la solidez que le permitió a Argentina superar los cuartos de final de un Mundial por primera vez en 24 años.
El 9 de julio de 2014 el seleccionado argentino enfrentó a Holanda en São Paulo. El partido, que tras el 0-0 en los 120 minutos se definió en los penales, dejó innumerables postales para el recuerdo: el providencial cierre de Mascherano ante Robben, el "hoy te convertís en héroe" del Jefecito a Romero, los penales atajados de Chiquito y las lágrimas de Messi en el final.
El final de la historia ya lo conocemos. Argentina ganó un partido con mucha épica y la ilusión de ganar la tercera Copa del Mundo se sintió más cerca que nunca.