Los puntos de encuentro, sin ninguna duda, serán un factor clave este sábado en el partido de semifinales entre Nueva Zelanda e Inglaterra, donde los All Blacks recuperaron 30 pelotas mientras que el XV de la Rosa recuperó 33.
Ambos equipos manejan muy bien la ejecución de los famosos kicks tácticos e intentarán evitar los puntos de contacto utilizando el pie.
Nueva Zelanda viene mostrando el buen uso del juego de manos pero en algunos casos complementando con eficaces patadas, algo que hizo muy bien ante Sudáfrica e Irlanda. Su repertorio a la hora de los kicks es variado y sumamente efectivo, y los ingleses saben que tendrán que pelear con esto. Inglaterra mostró menos esta faceta aquí en Japón pero en los últimos dos Seis Naciones sí exhibió esta herramienta como potencial arma de ataque.
Una de las patadas patadas más eficaces utilizadas por los All Blacks fueron las cruzadas y en algunas circunstancias, a diferencia de otros equipos, emplea el kick alto al cajón desde su propio campo.
En el primer fin de semana ante Sudáfrica, los hombres de Hansen realizaron dos movimientos similares y efectivos. En esta puede verse a Richie Mo'unga ejecutando una patada cruzada para la entrada de Sevu Reece. Fueron dos jugadas similares en las que a partir de la recepción del jugador terminaron en tries poniendo el partido 17-3 arriba cuando estaban 3-0 abajo. Y esto sucedió en tan solo cuatro minutos.
Un kick casi idéntico fue empleado por Mo'unga frente a Irlanda cerca del ingoal, que encontró a Reece en un espacio solitario para que termine en un try de Matt Todd.
Seguramente se espera que ambos equipos utilicen a sus fullbacks desde el fondo de la cancha ejecutando patadas altas, desde sus 22 metros, en la esperada semifinal. Pero fue el apertura Mo'unga el que hizo exactamente esto mismo contra los Springboks y el XV del Trébol, tanto el número 10 como Aaron Smith pusieron a prueba a sus rivales en las alturas. Pero acá hay una clara muestra de cómo puede generarse una suerte de boomerang con un Cheslin Kolbe que embolsó la ovalada.
La patada de Smith fue tomado por Kolbe a 65 metros del propio ingoal neozelandés, con el wing sudafricano realizando un slalom apoteótico que casi termina en try. Si los Boks hubieran anotado en esa clara jugada, podrían haberse acercado en el tanteador faltando más de media hora de partido. ¿Podrán tanto Jonny May como Anthony Watson realizar semejante contragolpe aprovechando los kicks rivales y convirtiéndose en una amenaza para los All Blacks?
Otra de las áreas de patadas en las que Nueva Zelanda sigue haciendo hincapié ya la mostró en la final de la RWC 2015. Los de Steve Hansen recuperan la pelota en sus 22 metros con una contra en la que a partir de un kick rastrero hacia adelante que hace que Beauden Barrett gane en velocidad para anotar el try.
Una semana atrás en el partido ante Irlanda, donde Jordie Barrett (foto principal) anotó su primer try en una RWC, Nueva Zelanda aprovechó un error de Irlanda y fue primero Mo'unga el que sin levantar la pelota del piso le pegó directamente con el pie hacia el fondo acompañado por Beauden Barrett que con otro kick llegó a levantar la ovalada para marcar el try.
Los actuales bicampeones del mundo ya enfrentaron a dos equipos top (Sudáfrica e Irlanda) para llegar a esta instancia, mientras que Inglaterra solo enfrentó a uno, Australia, con este nivel.
George Ford, Owen Farrell y Elliot Daly tienen la destreza de patear de manera inteligente al igual que Ben Youngs. Inglaterra se floreó hasta con una jugada digna de un back con el pilar Kyle Sinckler entrando lanzado hacia el ingoal rival y en estas plataformas se muestran sólidos. Pero puede ser que esta habilidad a la hora de los kicks todavía no la haya demostrado.
Los puntos de contacto serán una área clave en el partido entre Nueva Zelanda e Inglaterra donde seguramente el equipo que ataque de manera más efectiva será el que termine en la final de la Rugby World Cup 2019.