Fueron dos momentos muy especiales y distintos los que se vivieron en Yokohama. Antes y después de la gran semifinal del Mundial de rugby Japón 2019 entre Inglaterra y los All Blacks, que marcó el pase a la final de los europeos tras vencer a los bicampeones del mundo por 19-7, en una actuación impactante.

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Primero, la reacción del seleccionado inglés ante la tradicional ceremonia del Haka neozelandés. Formando una V delante de los rivales y acercándose cada vez más. En virtud de ello, los auxiliares del referí les pidieron que respetaran al espacio y que se posicionaran unos metros más atrás. Entonces sí, llegó la hora de la danza maorí en medio de un bullicio ensordecedor de los aficionados. Ya en los cuartos de final contra Irlanda, los seguidores del equipo verde habían entonado una clásica canción durante el Haka para tratar de minimizar el supuesto efecto de intimidación que ejercen los All Blacks en ese ritual.

"Queríamos hacerles ver que estábamos preparados, que estábamos juntos y dispuestos a todo", declaró el centro inglés Manu Tuilagi después del partido. "Pienso que fue algo diferente, creo que (la idea) vino de Eddie", añadió Tuilagi, en referencia al coach, Eddie Jones. "No queríamos ser espectadores y enfrentarlo colocados en fila", explicó el capitán, Owen Farrell.

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