Homenaje al crack. Los ex compañeros de Juan Gilberto Funes lo recordaron junto a la familia del delantero

En el Lobo nadie puede olvidar al Búfalo Funes

Por UNO

Raúl Adriazola[email protected]

Pero el amor es más fuerte, dice la canción compuesta por el mendocino Jorge Barrientos, junto a Daniel Martín para la película Tango feroz, homenaje al pionero del rock nacional José Alberto Tanguito Iglesias. Y el amor es tan fuerte, que rompe la oscuridad de la muerte y no deja enfriar los sentimientos. Hay un vínculo especial entre el club Gimnasia y Esgrima y el goleador puntano Juan Gilberto Funes, crack histórico fallecido en 1992 por una dura afección cardíaca que cortó la exitosa carrera del delantero surgido de Huracán de San Luis, y con paso por Jorge Newbery de Villa Mercedes, Gimnasia, Millonarios de Bogotá y River, quien de su mano logró la ansiada Copa Libertadores y la Intercontinental, y hasta vistió la celeste y blanca de la Selección nacional y jugó en Europa.

Nuevamente Oscar Casares volvió a hacer gala de sus dotes de anfitrión, entre las muchas que tiene el profesional, dirigente, coleccionista, historiador, y muchos etcéteras. En combinación con el Patón Daniel Sosa y el Cuta Roberto Morán, organizaron un almuerzo junto con sus ex compañeros de aquel equipo mensana que compartió con Funes tantos partidos de la liga local y el viejo nacional. Allí se le rindió homenaje al Búfalo Funes a través de su familia, que viajó exclusivamente desde San Luis. La hermano de Juan Gilberto; Gladys Gogó Funes; el esposo de ésta, Víctor Coco Rosales; sus hijas Laura y Pamela (con su novio Cristian Lucero); más una "hija adoptiva", como se autodefinió la dirigente de la Fundación Juan Gilberto Funes in Memoriam, Mariela Muñoz; y el ex jugador y técnico Raúl Hómola.

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El almuerzo estuvo condimentado de amenas charlas, donde no faltaron anécdotas y recuerdos del plantes blanquinegro y del goleador puntano como protagonista. El querido ex DT Jorge Julio contó que la contratación de Funes lo tuvo como protagonista, y sus compañeros Omar el Cochina Olguín, Morán, Sosa, el Chueco Ochoa, y otros contaron hilarantes vivencias sobre los entrenamientos y viajes de aquel Lobo.

Luego llegó la hora del intercambio de obsequios, y los puntanos recibieron plaquetas y escudos del club, que estuvo representado por Julio Díaz, y remeras y CD de música titulado Hijo de barrio, interpretado por Gustavo Maturano, inspirado en el malogrado jugador, fallecido a los 28 años.

"Era un niño grande. Y era tan grandote que en los micros en que viajábamos para jugar en el Nacional, que de pedo se reclinaba un poquito el asiento, él se tiraba al piso para poder dormir, ya que le quedaba chica la butaca. Ahora los jugadores viajan en avión, y se quejan que llegan cansados", contó el inefable Cochina Olguín.

En el mediodía dominguero el alma de Funes bajó del cielo y estuvo en una elegante terraza del centro, viendo reír, brindar y comer, y hacer culto a la vida, y sobre todo viendo cómo lo recuerdan sus familiares, amigos, y ex compañeros del Lobo, equipo de donde despegó definitivamente a los más alto del fútbol mundial. Se le hizo trampa a la muerte, usando el amor como herramienta, y el Búfalo estuvo con nosotros, gambeteando el olvido.

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