Análisis y opinión

Una legislación laboral moderna y pro empleo: el gran desafío que viene para Argentina

En Mendoza ya se aplican políticas innovadoras -como la Oficina de Conciliación Laboral (OCL) y programas de empleo joven- que hoy marcan el rumbo al país. Pero aún faltan las reformas nacionales

En la Argentina de hoy, hablar de reforma laboral no es un lujo, es una necesidad impostergable. La realidad nos muestra que millones de argentinos permanecen en la informalidad, con pocos incentivos para ser blanqueados, porque las empresas observan una legislación laboral que no fomenta la baja de costos y hasta en algunos casos (industria del juicio) las puede llevar a la quiebra.

Algo no cierra, no están satisfechos los empleados, tampoco la patronal. El sistema debe ser revisado en su mayor parte.

javier milei centro mendoza
Javier Milei estuvo el jueves en Mendoza. Al día siguiente, en una siderúrgica de San Nicolás, anunció la reforma laboral.

Javier Milei estuvo el jueves en Mendoza. Al día siguiente, en una siderúrgica de San Nicolás, anunció la reforma laboral.

Una reforma laboral para el siglo XXI

El mundo del trabajo cambió. La tecnología, la globalización y las nuevas formas de empleo nos exigen reglas más modernas, que brinden seguridad a los trabajadores y al mismo tiempo, incentiven a las empresas a contratar.

Desde Mendoza, ya venimos trabajando en una reforma laboral moderna:

  • Programa Enlace: promueve la formalización del empleo joven, con incentivos fiscales a las empresas que den su primer trabajo a este segmento laboral.
  • Oficina de Conciliación Laboral (OCL): modelo mendocino, tomado como leading case nacional, que ha permitido reducir la litigiosidad en causas por despido en nuestra provincia al 50%.

Y si bien la escala para aplicar una reforma laboral a nivel provincia es acotada, la filosofía es la que queremos transmitir al plano nacional, porque creemos que la Argentina necesita un mercado laboral pro empleo registrado, para así volver a crecer con bases sólidas. Se trata de avanzar hacia un sistema que premie el esfuerzo, fomente la productividad, baje la litigiosidad, y genere oportunidades reales de ascenso social.

En esta línea, las principales reformas laborales, a nivel nacional, deberían apuntar a los siguientes aspectos:

  • Dar mayor peso a la voz del trabajador en las paritarias, de modo que los acuerdos no dependan solo de la dirigencia sindical sino también de la voluntad expresada por las bases. Esto lleva también a una mayor transparencia sindical, con padrones claros y elecciones internas supervisadas.
  • Descentralización: permitir negociaciones por empresa, sector y/o región, en lugar de centralizar a nivel nacional.
  • Contratos más flexibles: acuerdos temporales, a plazo fijo, por proyecto o por temporada, con menores trabas de rescisión.
  • Fomento al teletrabajo y modalidades híbridas con marcos claros de derechos y obligaciones.
  • Plazos procesales más breves para disminuir costos y tiempos judiciales.
  • Programas de primer empleo con contribuciones reducidas y capacitación para el empleo incremental.
  • Fomentar la permanencia voluntaria en la actividad laboral de quienes están próximos a jubilarse, para que sigan aportando su experiencia y alivien la presión sobre un sistema previsional desfinanciado.
  • Cláusulas de productividad y de revisión automática según la situación económica sectorial o de la compañía.
  • Mejora del sistema de salud laboral y ART para reducir costos y litigios.
  • Digitalización de trámites laborales para reducir burocracia, simplificar tiempos. Modelo de ventanilla única.

En conjunto, estas reformas buscan disminuir el costo de contratar, dar previsibilidad jurídica y facilitar la adaptación a los cambios tecnológicos, sin resignar derechos básicos del trabajador. La clave es combinarlas con políticas macroeconómicas estables (inflación baja, crédito accesible) para que el empleo formal vuelva a crecer de manera sostenida.

En síntesis

Este compromiso por la reforma laboral no es aislado: forma parte de la plataforma que compartimos entre Cambia Mendoza y La Libertad Avanza, una alianza que entiende que, sin reformas económicas de fondo, a nivel país, no habrá desarrollo posible.

Es un programa común que combina normas modernas (que funcionan en el mundo) con la promoción del empleo privado y que coloca a Mendoza como territorio pionero en políticas que hoy se transforman en bandera nacional.

El futuro no espera. El desafío está en nuestras manos: construir un país donde trabajar sea sinónimo de dignidad, pero a la vez también de productividad y de empresas y trabajadores que prosperan. Estas son parte de nuestras propuestas para una mejor Mendoza y un mejor país.

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