Análisis y opinión

De aquí al 26/10 el votante será "un arma cargada de futuro"

El votante argentino nos sugerirá, dentro de un mes, cómo debe quedar aspectada, de ahora en más, la segunda etapa de la gestión de Javier Milei

Por estos días "las acciones" que realmente prometen dar rendimientos son las que tienen en sus manos los ciudadanos del común que van a ir a votar en las elecciones legislativas nacionales. De aquí al 26 de octubre el votante pasará a ser una de las figuras centrales de la República.

Ocurre que los votantes son, casi siempre, los que terminan poniendo ciertas cosas en su lugar en estos procesos electorales, dándole muchas veces la espalda a los pronósticos de las encuestas.

Si echamos mano a Gabriel Celaya, el vasco que escribió eso de que "la poesía es un arma cargada de futuro", los argentinos en estos días podríamos decir esa misma frase pero poniendo a "el votante" en lugar de "la poesía".

javier milei resultados elecciones buenos aires 2025
Sea cual fuere el resultado de las elecciones 2025, Javier Milei deberá seguir en su cargo hasta 2027.

Sea cual fuere el resultado de las elecciones 2025, Javier Milei deberá seguir en su cargo hasta 2027.

Hablamos sobre todo del votante anónimo y silencioso, ese que a veces cree que su opinión no servirá para nada, ese que no chapea ni amenaza, ese que pretende que los políticos no roben y que sean medianamente eficientes para generar empleo genuino. Ese votante transversal, que en 2023 llevó a Javier Milei a lo más alto de la gestión pública, será también el que definirá cómo quedará aspectada de ahora en más la segunda etapa de la gestión mileísta.

Ya sea que en estas elecciones la ciudadanía le suba o le baje el pulgar a los candidatos de La Libertad Avanza, o haga lo mismo con al peronismo u opciones más centristas, el presidente Javier Milei deberá seguir en su cargo porque el mandato popular dura cuatro años, hasta diciembre de 2027.

La mayoría del país no quiere que haya otro Fernando De la Rúa. Pero -claramente- está marcando la necesidad de un cambio tras la primera etapa del libertario.

Ese primer tramo ha dejado aciertos (la baja de la inflación, la doma del déficit fiscal) y puntos negros (la gobernabilidad está afectada y debe ser revisada; la inestabilidad financiera y cambiaria es cada día más evidente; la palabra corrupción ha reaparecido peligrosamente, y cada día son más lo argentinos que sus ingresos se consumen a los 20 días de cada mes).

Po-lí-ti-ca

Ahora viene la etapa donde hacer política será para el mileísmo tan importante como hacer economía. Las ínfulas de emperador ya no corren. Los insultos, ahora, molestan, al igual que las ansias hegemónicas de los ejércitos digitales del oficialismo.

Es increíble que Milei haya vuelto a decir que el 26/10 el país se pintará de violeta. A esta altura suena a viejo. En política, el discurso excluyente y monocromático no es del agrado del argentino medio.

Claramente las figuras de Karina Milei y la de los primos Menem (Martín y Lule) vienen consolidando un fuerte rechazo, incluso dentro de las fuerzas libertarias, agravado por las denuncias de corrupción y la reaparición del término coima.

A partir de ahora palabras como pacto, acuerdo, o diálogo deberán ser el pan diario. Las otras fuerzas políticas también existen. El centro del universo ya no es sólo Milei. El centro deberá ser el país, la Argentina. Las sucesivas derrotas de Milei al intentar vetar leyes aprobadas por una mayoría de legisladores en el Congreso habla a las claras de una chirriante ausencia de "nervio" político.

Algo inusual ha ocurrido en estos días. Milei le ha pedido a los que arman la campaña del oficialismo para el 26 de octubre que "no le peguen" a los gobernadores porque estos "miden muy bien en sus provincias".

Hace un año, el presidente solía despotricar contra los mandatarios federales sin tener ningún tacto para con aquellos que acompañaban varias de sus medidas: "quieren destruir al gobierno", advertía. ¿Todos? le preguntaban los periodistas. "Sí, todos", afirmaba Milei.

jubilados
Desde que Milei es presidente, los jubilados han perdido un tercio del poder adquisitivo de sus haberes.

Desde que Milei es presidente, los jubilados han perdido un tercio del poder adquisitivo de sus haberes.

Desde que Milei es presidente, los jubilados han perdido un tercio del poder adquisitivo de sus haberes (dato de la Oficina de Presupuesto del Congreso Nacional). El levantamiento del cepo cambiario no ha dado los frutos esperados y el gobierno no logra consolidar un nivel de reservas en dólares que lo muestre como una Nación segura para las inversiones.

El Milei de hoy, luego de haber perdido por 14 puntos en la provincia de Buenos Aires a manos del peronismo, ya no está en condiciones de basurear al voleo. Tampoco eso significa que haya que faltarle el respeto saltándole a la yugular. Unos y otros deben entender que la institucionalidad debe prevalecer por encima de ellos.

En las dos últimas semanas (que a los fines cronológicos es un parpadeo) el país ha sido formateado por los votantes, en este caso, los bonaerenses. Hablamos de ciudadanos que generaron opinión a partir de su cotidianidad, sin necesidad de andar gritando ¡carajo! ni diciéndole "rata inmunda" a nadie.

Permítame, lector/a, terminar esta columna con una frase del periodista español Diego Garrocho publicada en El País, de Madrid, relacionada con ciertas formas ultras de hacer política y con las que se intenta -por derecha o por izquierda- pasarnos por encima.

"No sé en qué momento se convirtió en motivo de escarnio defender la mesura. Ignoro también por qué la palabra moderación empezó a oler a rendición, a claudicación, a cobardía".

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