Miguel Mateos acaba de editar su nuevo álbum Electropop, donde se mete de lleno en ese género cubierto de máquinas, pero aseguró: "No tengo prejuicios, puedo disfrutar a Calvin Harris, a Capital Cities, a Frank Zappa, a los Sex Pistols, a Led Zeppelin y a David Gilmour".
Mateos comenzará una gira nacional con este álbum que prevé shows el 16 de abril en el radio City de Mar del Plata, el 7 de mayo en el Espacio Quality y el 13 de mayo en el teatro El Círculo de Rosario y planea presentarse en setiembre en Capital Federal.
Mateos destacó su mirada sin prejuicios sobre la música y manifestó su satisfacción por haber recuperado el catálogo de Zas que estaba en manos de Music Hall, tras una gestión del Instituto Nacional de la Música (Inamu).
-En este álbum te metés en un ritmo, reflotás viejos sonidos. ¿Cómo fue el cambio? ¿Qué pasó?
-Desde el año pasado, o incluso la salida de La alegría ha vuelto a la ciudad, tengo una idea de hacer un tríptico de las tres últimas obras con el formato de álbum, porque me parece que va a estar terminado ese formato en un par de años, la idea se va a ir diluyendo en el tiempo, si no está diluida ya.
-Era un disco largo y conceptual, por lo que decías.
-¿La alegría ha vuelto a la ciudad? Sí. Siempre dije que era un disco que mostraba una especie de mezcla de las tres patas. En este caso siempre tuve la idea de hacer un disco acústico, un disco pop y un disco rock que se iba a llamar La maravillosa historia del rock and roll. Esta es la pata pop de esas tres. Vendrá luego la acústica. ¿Por qué hago esto? Porque no me gusta repetir.
-¿Son canciones que pensaste para esto o te quedaron de aquel proyecto?
-No, no. En realidad las canciones siguen saliendo del piano. Elegí unas 20 que vengo juntando de a cachos que grabo y después vi que se podían encuadrar más para hacer una producción sónica, como la que tiene este disco de sintetizadores, de máquinas de ritmo, de secuencias. Alguna que otra sí terminé para este, lo fui sacando de los samples, fui armando los cachos con las partes armadas en la computadora (layers). Son canciones que toco en piano, puedo tocarlas todas.
-Recuerdo con gusto que siempre mencionabas como una de tus bandas preferidas a Ultravox. ¿Qué otras bandas sumaste?
-Depeche Mode. Me gusta la música electrónica también, me gusta la música. Puedo disfrutar a Calvin Harris, a Capital Cities, a Frank Zappa, a los Sex Pistols, a Led Zeppelin y a David Gilmour. Pero en cuanto a las influencias, todas las que te puedas imaginar. No sé, Broken Bells de los más nuevos, aunque respiran los '80. Baterías, tambores, cámaras, la voz medio camarosa, las melodías de repente bien fluidas.
-En esa línea, ¿son todos hijos de Kraftwerk?
-No, Kraftwerk es otra cosa.
-¿A quién ves más en esa línea? ¿Ultravox, Depeche y alguna que otra banda en la que todos cantan o Duran Duran? The Killers es Duran Duran.
-De alguna manera sí, pero un poco más desprolijo. Duran Duran tiene canciones estupendas. Me hubiera gustado escribir Ordinary World, por ejemplo.
-En "La ley del pulgar" despotricás contra el amor digital...
-Ya no despotrico más ni me interesa. Es una ironía nada más por el hijo de 16 años de un matrimonio que la mamá me contó una cosa. Después voy a cenar y veo un matrimonio en el Día de los Enamorados y estaban los dos sin hablarse porque estaba ocupados cada uno con su celular. El único vínculo era ese, la fotito para mostrar el sushi. No lo tomo como una crítica, es francamente una ironía y el territorio imaginario que me sitúo con la fantasía de poder escribir situándome en los 16 años. ¿Por qué lo decía? Porque los pibes tenían el me gusta y no me gusta y no sabían lo que era esto. En una época era la muerte y hoy es eso.
-¿Querías que "Euforia" fuera el tema power del disco, el más bailable?
-No, hay dos o tres. Las cinco patas me parece también. A mí me gusta el dance, fui el primero en hacer remixes de las canciones y me mataron. Después salieron todos los demás. Fui uno de los primeros animales que se atrevió a hacer remixes.
-¿Los hacías vos?
-No, los mandaba. Imaginate que estábamos hablando del '86, hace 30 años de eso. Creo que lo hizo alguien en Estados Unidos porque acá no existía. Los productores en ese momento me dijeron de hacer un disco doble y ponerlo atrás de otro, fue todo un atrevimiento. También hice Obsesión, que fue un disco netamente dance. Yo disfruto de Calvin Harris y de Frank Zappa, por eso. Disfruto hasta de Abba o Katy Perry o Led Zeppelin.
-Planteabas lo de la temática de la quinta pata del gato, la de buscarle un problema a todo. ¿Esa actitud es muy de latino?
-Es netamente latino.
-¿Los gringos se hacen menos problemas?
-Me parece que sí. Me parece nada más, eh. No lo puede aseverar. Nosotros tenemos una carga y aparte dudamos de todo. La desconfianza viene porque muchas veces nos han cagado, obvio. Aparte es una expresión nuestra, en inglés creo que se dice la tercera pata del gato. Pero en México se dice igual.
-¿Qué sabías de los discos que habías editado por Music Hall y que ahora recuperaste?
-Nada, hace 10 años o un poquito más empezamos a gestionar para recuperar mis derechos. Después de 2 años de litigar me di cuenta de que no podía solo.
-¿En manos de quién estaban?
-En manos de una especie de agencia de inescrupulosos abogados que tenían dudosas corporaciones y nombre que no se sabía de quién. Sinceramente le perdí el rastro. Hablamos con un abogado. En un momento llevaba tanta plata gastada en mis abogados que me di cuenta de que así no iba.
-¿Cuándo te llegó que el Inamu se puso a cargo de recuperar el catalogo del sello?
-Esto fue una movida política muy interesante del anterior gobierno. Cristian Aldana me llamó y me comentó lo que se iba a hacer, y le dije que le diera para adelante, que yo estaba para lo que necesitara. Pasaron dos años y un día me llamó para decirme que estaba por salir la sentencia de que me devolvían los discos. Y no lo podía creer.
-¿Qué discos recuperaste?
-ZAS, Huevos, Tengo que parar, Rockas vivas, el EP (Extended Play) de Mensajes en la radio y Perdiendo el control en inglés, que era el disco psicodélico en que se ponía la púa al revés. Todo eso ha vuelto.
-16 de abril. Es la fecha en que empezará a presentar su último trabajo por el país, comenzando por la ciudad de Mar de Plata.
-Derechos. Después de años de litigios, logró recuperar los derechos de gran parte de su obra, que habían quedado en manos de una agencia de abogados.