Máxima Zorreguieta cumplió el sueño de muchas argentinas, el de convertirse del día a la mañana en reina. Pero no todo es como en las películas de Disney para la realeza, y pese a que la reina consorte de Holanda ha puesto su impronta latina, el protocolo de la monarquía le dio un tirón de orejas, luego de ver un video donde la argentina, entusiasmada por la música flamenca, se puso a bailar unas sevillanas en una visita a España.
La visita de la familia real holandesa a la Feria de Abril de Sevilla, con Willem-Alexander van Orange-Nassau y Máxima Zorreguieta, acompañados por sus tres hijos originó el llamado de atención, luego de que la prensa local captara en sus cámaras la danza de Máxima en una fiesta privada. Seguramente esta celebración andaluza le trajo buenos recuerdos a la pareja, ya que en una de ellas, en el año 1990, fue donde se conocieron.
Si bien todo el mundo tomó el video y la actitud de Máxima como algo simpático, pocas horas después el gobierno del país mostraba su desaprobación por la difusión de un "momento de intimidad de la pareja real".
La nacida en Buenos Aires, e hija de Jorge Zorreguieta, quien fuera secretario de Agricultura y Ganadería durante la dictadura militar de la década del '70, rompió una de las reglas principales de la monarquía europea. "Es deber de su majestad guardar un profundo sentido de la privacidad y un extremado control sobre sí mismos; nada de andar haciendo públicos gestos de expresión, ni comentarios relacionados a la cotidianeidad", manifestaron desde el palacio holandés.