Los vecinos de Beijing se quedaron el miércoles bajo techo en otra jornada de escuelas cerradas y restricciones sobre el tráfico, industria y construcción para mantener los niveles de contaminación aún más altos el miércoles, en el segundo de los tres días de alerta roja por contaminación, declarada por primera vez en la capital china.Los automóviles con matrículas acabadas en números pares tenían prohibido circular y las escuelas y edificios en construcción permanecieron cerrados. En las calles se veían muchos menos peatones de lo normal, muchos con mascarillas blancas para filtrar el aire.