A golpe de excavadora, la alcaldía de Moscú destruyó la madrugada de este martes un centenar de quioscos y comercios considerados "ilegales", causando estupor entre los moscovitas y dejando a casi 15.000 personas sin trabajo, según asociaciones del sector.
Los equipos de la ciudad redujeron a escombros estos "pabellones", edificios de una o dos plantas que albergaban tiendas, pequeños supermercados, floristerías y restaurantes.
Abiertos por lo general de noche como de día, eran muy apreciados por los moscovitas, ya que se encontraban a la entrada de las estaciones de metro.
"La forma en que se ha hecho es bastante primitiva: un centenar de comercios arrasados en una noche y cerca de 15.000 personas sin trabajo", denunció a la AFP la diputada municipal Olga Kossets, presidenta de la asociación "Empresarios", dedicada a la protección de pequeñas y medianas empresas de la capital rusa.
Sin embargo, el alcalde, Serguei Sobianin, se felicitó en la red social Vkontakte por la destrucción de esos comercios "construidos en su mayoría en los años 1990, con la complacencia de funcionarios" del ayuntamiento que calificó de "peligrosos para los moscovitas".
En total fueron derruidos 97 comercios, según el ayuntamiento, que el 8 de diciembre anunció querer echar abajo "las construcciones no autorizadas".
"Esos pabellones se construyeron con el acuerdo del ayuntamiento, en terrenos que le pertenecían", recuerda Kossets.
"No obstante, siempre ha estado claro que las actas de propiedad eran temporales y que el ayuntamiento podía destruir esos pabellones si estimaba que perturbaban el paisaje urbano", matiza.
Según la asociación "La Rusia de los negocios", algunos propietarios, que poseen "todos los documentos necesarios" para demostrar sus derechos, van a denunciar al ayuntamiento y a exigir indemnizaciones.