"Un incendio de dimensiones nunca vistas." Así describió Michelle Bachelet la catástrofe que golpea a Valparaíso, donde se veían dantescas escenas más propias de un campo de batalla o, incluso, de un ataque nuclear.
La presidenta de Chile hizo, además, un dramático pedido de ayuda internacional y dijo que destinará todos los recursos que sean necesarios para combatir las incontrolables llamas, que ya dejaron 15 muertos, más de 2000 casas quemadas y unos 10.000 damnificados, y que no serían sofocadas completamente antes de 20 días. Para ello, agregó Bachelet, se levantará la mayor operación aérea posible destinada a aplacar los múltiples focos que, ayudados por los fuertes vientos y las altas temperaturas, no dan tregua a la población.
"Miles de personas perdieron todo. Estamos hablando de un cuadro francamente dramático", dijo el vocero del gobierno, Álvaro Elizalde.
"Estamos llevando adelante un esfuerzo enorme por controlar este incendio, por tener la ayuda necesaria en la región, pero también encontrar en otras regiones y fuera de Chile el apoyo en aviones que nos permitan controlar este incendio y fuego de dimensiones nunca vistas", explicó la presidenta.
Las primeras señales fueron comunicadas por Elizalde, el vocero del gobierno, que dio a conocer la solicitud formal de aviones al gobierno de la Argentina -tras un contacto de los cancilleres, Héctor Timerman y Heraldo Muñoz- y el traspaso inmediato de un millón de dólares a la comuna de Valparaíso para hacer frente a las necesidades más urgentes. "El dinero es para la emergencia y el retiro de escombros, pero no es la única, sólo la primera", dijo.
El gobierno de Cristina Kirchner confirmó por intermedio de su jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, que la Argentina enviará aviones hidrantes y tropas de cascos blancos para ayudar en el combate al incendio.