Tras sus discursos, Obama y Merkel se sentaron a una de las mesas, brindaron y comieron pretzels y salchichas. Los gobernantes tenían previsto reunirse en privado después en el lugar cercano donde se celebra la cumbre de dos días del Grupo de los Siete, que reúne a las principales naciones industrializadas, para comentar su agenda antes de sumarse a sus homólogos de Gran Bretaña, Francia, Italia, Canadá y Japón.Se espera que la cumbre en el destino turístico de Schloss Elmau se vea dominada por las conversaciones sobre la respuesta occidental a los combates entre Ucrania y fuerzas pro rusas. El presidente ruso, Vladimir Putin, fue expulsado de la cumbre el año pasado por su agresiva estrategia sobre el antiguo estado soviético.En la agenda también destacan temas como la economía global, el terrorismo y el comercio, mientras Obama negocia diferentes acuerdos comerciales en el Pacífico y el Atlántico.Obama es más próximo a Merkel que a la mayoría de los jefes de Estado, aunque su relación se vio puesta a prueba en los últimos años, especialmente cuando se desveló que la Agencia de Seguridad Nacional había pinchado el celular de Merkel. Esa revelación fue especialmente mal recibida en Alemania, con su historia de opresiva vigilancia secreta gubernamental.La polémica sobre espionaje creció en las últimas semanas, en medio de noticias sobre que la Agencia Federal de Inteligencia alemana (BND, por sus siglas en alemán) podría haber ayudado a Estados Unidos a espiar a empresas y cargos europeos a partir de 2008. El jefe de gabinete de Merkel supervisa a esa agencia, y sus socios de coalición, los Social Demócratas —un partido de centro izquierda golpeado en los últimos sondeos de opinión— ha empleado el asunto para presionar a su oficina. Aun así, no parece haber indicios de que las cuestiones de espionaje hayan dañado al partido de la canciller.Alemania también intentará mejorar su relación con Estados Unidos más allá de la presidencia de Obama. El aspirante a la candidatura republicana para 2016 Jeb Bush tenía previsto comenzar el martes un viaje de seis días por Europa con un discurso en Berlín ante el consejo económico de la Unión Democristiana, el partido conservador que lidera Merkel.