Kristine McDivitt, viuda del ecologista estadounidense Douglas Tompkins, se reunió el jueves con la presidenta Michelle Bachelet para conversar sobre la futura donación de 409.785 hectáreas de terrenos en el extremo sur, que incluyen los parques nacionales Pumalín y Patagonia, y a cambio espera que el Estado done un millón de hectáreas para crear en el futuro nuevas zonas protegidas.
El encuentro entre ambas se realizó en el salón de audiencias del palacio de gobierno de La Moneda.
Concluida la cita, McDivitt dijo a la prensa que la donación "es un proceso mucho más largo" de lo que se espera y que "hay un compromiso de los dos lados", en alusión a la meta de su esposo de que el Estado chileno donará a su vez un millón de hectáreas para la construcción de nuevos parques nacionales.
La muerte de Tompkins, el 8 de diciembre por causa de una hipotermia severa tras zozobrar el kayak en el que navegaba junto a otros cinco extranjeros, en un lago de la Patagonia chilena, puso en el primer plano el proceso de traspaso de los terrenos que el millonario empezó a comprar en la década de los noventa, ante la reticencia de muchos lugareños. El magnate soñaba con crear una ruta de parques nacionales.
Sobre la existencia de plazos para que se concrete la donación de los terrenos al país, Mc Divitt, presidenta de la fundación Conservación Patagónica, respondió que "yo no decido y yo sé que hay un compromiso de los dos lados para trabajar en todos las etapas que hay, que son necesarias, pero no hay una fecha específicamente".
Afirmó que la intención es "donar al Estado no solamente el terreno, sino que toda la infraestructura que hemos desarrollado en los años y esa meta nunca ha cambiado", agregó.
Precisó que equipos del gobierno y de su fundación trabajan en el proceso. Agregó que "hay varios componentes de la donación y le dejo al gobierno el hablar sobre las particularidades de la propuesta".
De momento en el gobierno no han hablado del tema.
Tompkins, un rico empresario de ropa deportiva, creador de las marcas Esprit y The North Face, vendió sus negocios y se vino desde Estados Unidos al extremo sur del continente y se dedicó a comprar gigantescas extensiones de terrenos en la Patagonia chilena y Argentina y se dedicó a la conservación de ellas.