Tras recibir un espectacular castigo de los votantes británicos, que le retiraron la mayoría parlamentaria, una Theresa May herida en el plano político buscaba este viernes consolidarse en el puesto de primera ministra, resistiendo a la presión para renunciar tras el fracaso de su arriesgada apuesta de adelanto electoral. El resultado de los comicios solo añade más complejidad e incertidumbre al complejo proceso de divorcio entre Gran Bretaña y la Unión Europea.
May, que convocó elecciones anticipadas con la esperanza de ampliar su mayoría y fortalecer su mandato para las negociaciones del Brexit, terminó sin los escaños que daban el poder al Partido Conservador en el Parlamento y con su futuro pendiendo de un hilo.
Sin embargo, en lugar de dimitir, May se aferró a la esperanza de que los conservadores puedan retener el gobierno a través de pactos con una o varias formaciones. Más tarde el viernes se entrevistará con la reina Isabel II para solicitar permiso para la formación de una nuevo ejecutivo _ un proceso meramente simbólico
El sorpresivo resultado electoral y la perspectiva de que la Unión Europea pueda tener como interlocutor a un dubitativo gobierno británico planteó enormes dudas sobre las negociaciones del Brexit, que está previsto que arranquen en 10 días. La libra perdió más de tres centavos frente al dólar.
Con 649 los 650 escaños de la Cámara de los Comunes ya adjudicados, los conservadores tienen 318 diputados frente a los 261 del Partido Laborista. La golpeada formación de May no alcanzaría los 326 que otorgan la mayoría. Antes de los comicios, los conservadores tenían 330 diputados y los laboristas 229.
Las recriminaciones fueron inmediatas e hirientes
"Este es un momento muy malo para el Partido Conservador, necesitamos hacer balance", dijo la legisladora conservadora Anna Soubry. "Y nuestra líder necesita hacer balance también".
Uno de los que reclamaban la dimisión de la primera ministra era el candidato laborista, Jeremy Corbyn, quien el viernes por la mañana dijo que la gente dijo basta a las políticas de austeridad y a los recortes en el gasto público. Además, descartó posibles acuerdos y pactos con otras fuerzas progresistas de la cámara.
"Los argumentos que el Partido Conservador propuso en estas elecciones han perdido, y tenemos que cambar", señaló.
Los resultados sorprendieron a quienes decían que el líder izquierdista era un activo tóxico para los comicios. Como adelantaron muchas encuestas, el Partido Laborista emergió en las últimas semanas de la campaña. Obtuvo un sólido apoyo entre los jóvenes, que parecieron votar en porcentaje más elevado del esperado.
A pesar de revalidar su escaño por Maidenhead, en el sur de Inglaterra, con una amplia mayoría, May parecía tensa y no aclaró sus planes de futuro.
"El país necesita un periodo de estabilidad, y sea cual sea el resultado, el partido Conservado garantizará que cumplimos con nuestro deber de asegurar esa estabilidad", dijo.
Aunque muchos predicen su marcha.
"Claramente, si obtiene un resultado peor que hace dos años y es casi incapaz de formar gobierno, creo que no sobrevivirá en el largo plazo como líder del Partido Conservador", señaló el exsecretario del Tesoro, el conservador George Osborne, en ITV.
Corbyn dijo que May debería "irse (...) y dejar paso a un gobierno que represente realmente a todo el mundo en este país". En declaraciones tras ser reelegido como diputado por Londres, el líder laborista señaló que el resultado de los comicios significa que "la política ha cambiado" y que los votantes rechazaron la austeridad del gobierno.
Medios británicos, citando fuentes que no identificaron, reportaron el viernes por la mañana que May no tiene intención de renunciar a su cargo a pesar de los llamados a hacerlo.
El resultado de las elecciones tampoco fue bueno para el Partido Nacionalista Escocés, que perdió unos 20 de sus 54 representantes. Además, el partido independentista británico, UKIP, se quedó sin representación parlamentaria.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, manifestó que Gran Bretaña debería empezar las discusiones del Brexit lo antes posibles o se arriesga a salir de la Unión Europea sin alcanzar un acuerdo.
El primer ministro de Francia, Edouard Philippe, dijo el viernes que no cree que los votantes hayan cambiado de opinión sobre el Brexit, aunque "el tono" de las negociaciones podría verse afectado por el mandato de las urnas, declaró el viernes en la radio Europe 1.
"Estas son discusiones que serán largas y serán complejas. Así que no nos engañemos", dijo. "No estoy seguro de que debamos leer, de los resultados de esta votación, que la decisión de los británicos sobre el Brexit se ha puesto en duda de algún modo".
"Un desastre para May"
Así opinan los expertos. "Su liderazgo será cuestionado y recibirá presiones para dimitir", dijo Ian Begg, experto en política de la London School of Economics.
Adelantando las elecciones de 2020, "ha perdido su apuesta. Es incluso prematuro afirmar que seguirá de primera ministra", estimó Paula Surridge, de la Universidad de Bristol.
En contraste, el líder laborista Corbyn, por el que nadie daba mucho, saldría muy reforzado mejorando los resultados de su predecesor Miliband en 2015.
Otros grandes derrotados serían los independentistas escoceses, que pierden 22 diputados de 56 y ven considerablemente debilitada su aspiración a un segundo referéndum de independencia en breve.
May seguiría en la mejor posición para formar gobierno, pero las negociaciones podrían retrasar el inicio de las conversaciones de divorcio con Bruselas, previsto el 19 de junio.
El nuevo Parlamento se reunirá por primera vez el 13 de junio.
Unos 47 millones de británicos estaban llamados a elegir a los 650 diputados de la Cámara de los Comunes. La campaña arrancó con una ventaja de 20 puntos de May en los sondeos, pero ésta se fue recortando con el transcurrir de las semanas.