"Somos amigos de los empresarios pero no le vendemos el alma ni le compramos el bolsillo. Desde ese punto de vista somos un país que da tremenda garantía. No la administración, el país entero", agregó.
"[Aunque] No somos castos, nos tomamos algún whisky demás ...Uruguay no es un país de angelitos, es de seres humanos", reparó, con su humor característico.
Además, el mandatario aseguró que en poco tiempo Uruguay tendrá la fábrica de celulosa "más grande del mundo" y se refirió al país diciendo que antes era especulador y ahora es "generador de recursos".
En su discurso, Mujica no sólo quiso promover las inversiones en Uruguay sino también incentivó a que quienes se retiren -más allá de la "pequeña burguesía bonaerense"- encuentren su hogar en Uruguay.
"Pienso que el Uruguay es un país formidable para vivir y no puede seguir siendo un tesoro de la pequeña burguesía bonaerense que se está instalando en la costa", dijo.
"Nuestros problemas de seguridad, comparado con lo que está pasando en el resto de América Latina y en buena parte del mundo, son inocentes", añadió.
Además, Mujica planetó su proyecto de recibir inmigrantes para aumentar la tasa de natalidad en el país y así tener mayor fuerza laboral. Sin embargo, admitió que en Uruguay esa iniciativa genera rechazo.
"No van a venir los rubios de América, van a venir los pobres... Decimos que no somos racistas... no sé...", deslizó. "Tal vez los empresarios puedan inventar algo, tal vez los empresarios puedan favorecer a multiplicar la fuerza de trabajo joven del Uruguay", completó.
Fuente: La Nacion