La máquina, que ha recibido el nombre de ZaZZZ, se ha convertido así en la primera expendedora que venderá este tipo de productos fuera de comercios ya que, aunque existen en Estados Unidos varios dispensadores similares, suelen estar en el interior de las farmacias, tras un mostrador, y vigiladas de cerca por el dependiente.
American Green –la empresa propietaria de ZaZZZ- la ha ubicado en el exterior, como una máquina de refrescos más aunque, como bien han señalado, su producto va dirigido únicamente a los mayores de edad. De hecho, el aparato cuenta con varias cámaras para poder visualizar al cliente desde la tienda y asegurarse de que cumple los requisitos para adquirir el producto. "Soy padre de una hija de 12 años, y no me gustaría que ella tuviera acceso a esta máquina, así que pondremos mucha atención", ha señalado el director de la compañía Stephen Shearin.