"El paisaje de Nueva York vuelve a estar completo, con el One World Trade Center tomando su lugar en el Bajo Manhattan", afirmó Patrick Foye, director ejecutivo de la autoridad portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, propietaria del terreno y el edificio.
Foye señaló que el rascacielos "marca nuevos estándares de diseño, construcción, prestigio y sostenibilidad; la apertura de este edificio icónico es un gran hito en la transformación del Bajo Manhattan en un floreciente barrio (abierto las 24 horas)".
Con las cajas de material de oficina preparadas y sin rastro de las cercas de construcción, el director general de Condé Nast Chuck Twonsend entró este lunes en lo que Foye describió como "el edificio de oficinas más seguro de Estados Unidos".
Por el momento se mudaron sólo 170 de los 3.400 empleados de la compañía, llenando cinco plantas de la torre, señaló Patricia Rockenwanger, vicepresidenta y portavoz de la editorial. Unos 3.000 más llegarán a primeros de 2015.
El edificio está alquilado en un 60 por ciento, con otros 7.400 metros cuadrados para la firma de publicidad Kids Creative, el gestor de estadios Legends Hospitality, el grupo de inversión BMB y Servcorp, proveedor de oficinas ejecutivas.
La Administración de Servicios Generales del gobierno reservó sus metros cuadrados y el Centro de China, un núcleo comercial y cultural, otra buena parte.
Desde la esquina nordeste del terreno, la torre mira al Museo y Monumento Nacional 11 de Septiembre construido donde estaban las Torres Gemelas. Su objetivo es honrar a los que perecieron en esa soleada mañana de septiembre.
Durante años, el siniestro agujero donde se hallaron más restos humanos fue descrito como la "zona cero" del atentado.
Ahora, el pináculo iluminado del One World Trade Center sirve como faro a los aviones que vuelan sobre la ciudad. La vista desde el tejado abierto se extiende desde Manhattan a la estatua de la Libertad, alcanzando Nueva Jersey Connecticut y el océano Atlántico.
El edificio de 540 metros se concluyó en ocho años, tras años de disputas financieras, políticas y legales que amenazaron con descarrilar el proyecto.
Fuente: AP.