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El primer transplante de cara y manos del mundo fue un éxito

Esta semana anunciaron que Joe Dimeo, de 22 años, recibió en agosto el primer transplante de cara y manos exitoso del mundo

En julio de 2018, Joe Dimeo tenía 20 años y se quedó dormido cuando manejaba su auto en una ruta de Nueva Jersey y sufrió un accidente. Pasaron más de 2 años y 23 horas de cirugía para convertirlo en el receptor del primer transplante de cara y manos exitoso del mundo.

En el accidente, aunque alguien alcanzó a sacarlo del auto antes de que explote, Dimeo sufrió quemaduras de tercer grado en el 80% del cuerpo. Quedó sin párpados, orejas y parte de sus dedos, además de tener cicatrices en la cara y el cuello que limitaban su movimiento y cubrían parte de sus ojos.

Esta semana, el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York (NYU) anunció que después de 23 horas de cirugía, Dimeo, de 22 años, recibió el primer transplante de cara y manos con éxito del mundo.

"Es el paciente más motivado que he tenido", dijo Eduardo Rodríguez, jefe del equipo que hizo la operación en agosto aunque el anuncio se demoró para esperar que el trasplante no fuera rechazado.

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El transplante llevó 23 horas de cirugía.

El transplante llevó 23 horas de cirugía.

"Hay registros de más de 100 trasplantes de manos y unos 50 de cara, por eso no había razón para no hacerlo juntos, aunque los dos intentos previos de transplante de cara y ambas manos no habían tenido éxito" admitió el médico.

"Necesitábamos evitar la infección y actuar rápido, además de ser selectivos con el donante y utilizar tecnología de punta que asegurara el éxito de la operación"

"Joe está sano, es joven, le gusta hacer ejercicio, comer sano y siempre tuvo mucha esperanza", contó el médico.

En el doble transplante participaron 80 personas en 6 equipos quirúrgicos y 2 quirófanos.

En uno, las manos y el tejido facial del donante fueron cuidadosamente removidos y reemplazados con prótesis impresas en 3D. En la otra sala de operaciones, las manos y la cara de Dimeo fueron extirpadas de manera muy precisa para recibir el tejido del donante.

En el transplante, que implicaba riesgo de muerte para el paciente, se amputó cada radio y hueso del cúbito, junto con tendones, músculos, venas y nervios, para implantar las nuevas manos.

Los médicos tuvieron que reemplazar 21 tendones, 3 nervios, 5 vasos y 2 huesos principales de cada mano.

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Después de que le quitaron el rostro a Dimeo, le colocaron placas en el mentón para unir la cara, y la nariz del donante se injertó en lugar de la suya. Luego, los nervios y la parte vascular se unieron para llevar sangre y sensibilidad al tejido.

Después de 23 horas de la cirugía, 45 días en terapia intensiva y dos meses más de rehabilitación el paciente pudo abrir sus nuevos párpados, mover las manos y sonreír.

Esta semana, el paciente sacó una declaración escrita por el mismo y la leyó con sus ojos "Quiero compartir mi historia para dar esperanza a la gente en el mundo y reconocer a mi donante. Nada de esto sería posible sin su sacrificio", dijo Dimeo agradeciendo.

"Esta es una segunda oportunidad en la vida. No hay excusa para no estar motivado. Tengo que seguir mejorando pero siempre hay una luz al final del túnel", expresó.

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