El Health Service Journal, un servicio británico de noticias sobre salud, advirtió hoy que si el número de pacientes con Covid-19 aumentara de acuerdo a las proyecciones más bajas, y el incremento de capacidad hospitalaria diera resultados, aún así el 19 de enero habría un déficit de 2.000 camas de cuidados generales e intensivos en Londres.
Golpeado por otra ola imparable de coronavirus desde el descubrimiento en diciembre de una nueva cepa más contagiosa, el Reino Unido informó ayer 1.041 nuevas muertes registradas en las 24 horas previas, igualando niveles del pico de abril.
Con un total de 77.346 fallecidos y 62.322 nuevos contagios anunciados ayer, vuelve a ser el país de Europa más castigado por la pandemia, superando a Italia.
El Gobierno del primer ministro Boris Johnson, muy criticado desde el principio de la crisis sanitaria por sus políticas erráticas, centra ahora su estrategia en un tercer confinamiento impuesto el martes a Inglaterra y en una fuerte aceleración de la campaña de vacunación, que fue lanzada el pasado 8 de diciembre.
Desde entonces ya se inoculó a más de 1,3 millones de personas con las vacunas desarrolladas por Pfizer/BioNTech y AstraZeneca/Oxford.
Y el Ejecutivo se impuso el objetivo de haber cubierto a mediados de febrero a todos los mayores de 70 años, además de a los trabajadores sanitarios, casi 14 millones de personas.
Pero, de momento, la situación es "peor que en la primera ola y está resultando mucho más difícil de gestionar", dijo a la BBC Rupert Pearse, especialista en cuidados intensivos del Royal London Hospital.
"A menos que nos tomemos en serio el confinamiento, el impacto en la atención sanitaria de todo el país podría ser catastrófico", advirtió. En el resto del Reino Unido, Escocia inició anteayer un nuevo confinamiento total durante todo enero, mientras Gales e Irlanda del Norte, que ya estaban confinadas parcialmente, cerraron sus escuelas.