El universo todo lo equilibra y no es sólo esoterismo. Al horror de una muerte como la Marlen Ochoa López, para robarle de su vientre el bebé, se le antepone lo que puede llamarse "un milagro", según dijo su padre. Las leyes físicas como la tercera Ley de Newton, explican muchas cosas. Esta postula que "para cada acción existe una reacción igual y opuesta", y a eso vamos.
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El 23 de abril pasado ocurría en Estados Unidos uno de los asesinatos más atroces de los últimos años: la muerte de Ochoa-López, una jovencita de 19 años, a quien sus asesinas -madre e hija- estrangularon y le arrancaron el bebé que ya tenía casi 9 meses de gestación. A ella la arrojaron a un basurero, donde fue encontrada varios días después. Al pequeño lo llevaron a un hospital porque no podía respirar y desde ese momento quedó internado en neonatología.
Hoy ese bebé lucha por su vida acompañado de su padre, y se aferra, respondiendo y apoyado por todas las oraciones de la gente buena, que pide por su vida, mientras está internado en cuidados intensivos en un hospital de Chicago, donde el cuerpo médico hace inmensos esfuerzos para salvarlo.
Pese a haber sufrido severos daños cerebrales, su padre no quiere que desconecten al niño de los aparatos que lo mantienen con vida. Espera un milagro.
El bebé abrió los ojos
Según contó la joven Cecilia García a un cronista de la cadena CNN, la joven que estudia una carrera pastoral, el pasado domingo fue testigo de una escena que bien podría haber sido incluida en una historia bíblica. El bebé estaba en manos de su padre Yovany López. Está conectado a varios tubos y parecía estar dormido en los brazos de su padre. Cuando Cecilia fue a tomar una foto del padre y su hijo, en un momento tan tierno, el bebé abrió los ojos.