Y continuó: "si acabamos teniendo una vacuna que fuese efectiva para prevenir la enfermedad, esa es de lejos la mejor manera para controlar el virus. Pero a mediano plazo, aún necesitamos mejores tratamientos".
Población en riesgo
"Incluso su tuviésemos suficientes (dosis) de vacuna para todos, en mi opinión, es improbable que vayamos a estar rápidamente en una posición donde las reglas de distanciamiento físico puedan ser simplemente abandonadas", apuntó el científico.
"Hasta que no tengamos un alto nivel de inmunidad en la población de modo que podamos detener el virus y que las personas vulnerables sean inmunes, va a haber un riesgo", añadió Pollard.
Reto logístico
Pollard comentó que "solamente cuando haya una gran caída en los casos graves, los gobiernos tendrán confianza para relajar estas medidas".
Por último, el investigador recordó que incluso después de terminar exitosamente los ensayos, las autoridades sanitarias "probablemente tardarán semanas" en analizar minuciosamente los resultados antes de autorizar el uso generalizado de las vacunas, lo que también significará un "gigantesco desafío logístico".
En junio pasado, la Organización Mundial de la Salud ya aconsejaba a los Gobiernos alienten al público en general a usar mascarillas de tela donde haya “una transmisión generalizada y sea difícil el distanciamiento físico, como en el transporte público, en tiendas o en otros entornos confinados o abarrotados”.