La Organización Mundial de la Salud enciende las alarmas. El motivo: la aparición de cada vez más casos de sarampión en Europa. Es como el regreso al medioevo. Y el gran problema consiste en volver a gastar recursos humanos y económicos para ayudar enfermos -en muchos casos para evitar que se mueran- cuando basta simplemente, aplicar y respetar un plan de vacunación que permite desterrar enfermedades.

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Pero en los últimos años, una corriente creciente “antivacunación” alerta, en un clásico y peligroso ejemplo de “fake news” (noticias falsas rápidamente difundidas) sobre “malos usos”, “efectos totalmente adversos” y hasta “intereses solo de los laboratorios” en las vacunas, que han hecho que grupos de personas prescindan de ellas.

O peor, que las vean como una amenaza, cuando en realidad ayudan a salvar vidasy mejorar la salud como política social. El agravante es que generalmente viven en áreas densamente pobladas y, al optar por no vacunarse o no aplicar las dosis indicadas a sus hijos, ponen en riesgo a vastos sectores.

“Vamos en la dirección equivocada”, resumió Kate O’Brien, directora del Departamento de Vacunas e Inmunización de la OMS. Es que el reingreso de enfermedades que se creía extinguidas sorprende a grandes grupos de personas sin las defensas necesarias. Especialmente, a jóvenes y niños que jamás convivieron con ellas.

Cuatro países —Reino Unido, Grecia, Albania y República Checa— perdieron en 2018 el estatus de “país libre de sarampión”, lo que significa que el virus ha vuelto a circular de forma autóctona.

Por primera vez desde que la OMS inició el proceso científico para las estadísticas, en 2012, los casos registrados de sarampión en 48 países de Europa llegan a89.994 tan solo en la primera mitad de 2019. Más del doble de los casos en el mismo período del año pasado y más que la cifra total de 2018.

Hace pocos meses, al otro lado del Atlántico, el alcalde de Nueva York ordenó una masiva campaña de vacunación en el barrio de Brooklyn por el aumento desmesurado de casos de sarampión. Oponerse a una política sanitaria oficial podía representar la vacunación compulsiva y una multa personal de US$1.100

“Que se vuelva a producir la transmisión autóctona es muy preocupante. Sin una cobertura inmunológica masiva, niños y adultos sufrirán inútilmente y algunos morirán”, advirtió Günter Pfaff, presidente de la comisión regional de verificación de la eliminación del sarampión y la rubeola.

Como asegura la Organización Mundial de la Salud, las vacunas son “seguras, efectivas y salvan vidas”. Para que se entienda: “Su seguridad y salud, depende de la protección que les da que el resto de la población esté vacunada”.

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