Pero en esta historia no sólo ayudaron Nadia y Natalia. También una docente jujeña que difundió en las redes.

Una historia en la que ayudó hasta una intendencia: en Santa Clara lo espera su mamá

Por UNO

Luis Alfredo Cazón, nacido en Jujuy y llegado a Mendoza hace 22 años como obrero golondrina, acaba de recuperar a su familia. Es paciente frecuente del hospital el Sauce.

La trabajadora social Nadia Alonso y la psiquiatra Natalia Ponce fueron las que lograron ubicar a su familia en Jujuy.

El hospital El Sauce atiende 30.000 consultas anuales y recibe 3.000 internaciones. Una de ellas ha sido la de este hombre de 38 años que parece un muchacho de veintipico.

Pero en esta historia no sólo ayudaron Nadia y Natalia. También una docente jujeña que difundió en las redes.

También hubo ayuda de la intendencia del pueblo jujeño de Santa Clara y con esfuerzo propio, parte de la familia de Luis vino a buscarlo. Su tía Claudia Quispe dice "lo vi por última vez cuando él tenía 16 años. No sabíamos nada de él. Una vez un camionero le dijo a su madre que Luis había hecho una vida nueva acá y no quería volver. Para nosotros reencontrarlo fue una emoción muy grande y su madre está muy ansiosa por verlo".

Lorena Cazón tiene 27 años y es hermana de Luis. "No me acuerdo de él, yo era muy chica cuando se fue", dice, mientras sostiene en brazos a Valentina, una sonriente beba de 8 meses, la primera sobrina que conoce Luis.

Pedro Galván, su tío, analiza mientras tanto cuál será el camino más conveniente para regresar a Jujuy, el más rápido y directo, para que Luis y su madre se puedan reencontrar después de 22 años de ausencia.

Luis Alfredo Cazón dejó la localidad de Santa Clara en 1996, cuando tenía 16 años. Viajó hacia Mendoza con un amigo, mayor de edad, para trabajar en la cosecha como obrero golondrina, uno de los cientos que llegan todos los años.

Así partía junto con un amigo a la provincia de Mendoza para trabajar en la cosecha de uva. Atrás dejaba su hogar, a su madre, sus hermanos y esa tierra que lo vio nacer. Viajó persiguiendo mil sueños, con ansias de progreso y lejos estaba de pensar que la vida le tenía deparada una dura prueba.

El amigo de Luis regresó a Jujuy después de la vendimia y dijo que su amigo se había quedado en Mendoza trabajando.

Desde ese momento las averiguaciones que hizo su madre, Francisca Solana Ortiz, no dieron ningún resultado... Hasta ahora.

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Luisito está feliz, aunque no esté muy acostumbrado a sonreir. Foto: Horacio Rodríguez / Diario UNO. 
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Luisito está feliz, aunque no esté muy acostumbrado a sonreir. Foto: Horacio Rodríguez / Diario UNO. 
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