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Tiene 10 años y de a poco va perdiendo la vista. Vive en Los Árboles y la Municipalidad de Rivadavia le entregó una videolupa electrónica para facilitarle la lectura.

A Gonzalo ningún problema le va a hacer borrar su hermosa sonrisa

Por UNO

Los médicos le han dicho que va a quedar ciego dentro de un tiempo, pero igual sonríe. Con una sonrisa grande, desprejuiciada y sin miedo, mientras baila arriba del escenario junto con sus compañeros de 4° grado. En esta noche de noviembre, en este pueblo amable y sencillo de Los Árboles, Gonzalo Vera (10) está disfrazado de Minion y disfruta el acto de cierre de ciclo de su escuela. Por un rato, ha olvidado que se va a quedar ciego.

La escuela 1-088 Alfonso Bernal está en la villa de Los Árboles, en Rivadavia. Tiene 106 años y en la noche del viernes hizo su fiesta 106 de cierre del año escolar. De paso, el pueblo consagró a su reina vendimial.

Gonzalo tiene 10 años. Vive en Los Árboles desde hace poco más de un año y antes en Medrano. Tiene dos hermanos, Lucas y Rocío, y sus padres, Fabián y Lorena, forman una familia que vive del trabajo rural.

"Gonzalo se integró el año pasado, proveniente de la escuela de Medrano. Se integró muy fácilmente, a pesar de que de a poco va perdiendo la vista", contó el director de la escuela, Fabián Papalardo.

"Una vez por semana recibe apoyo visual en la escuela 2-009 María Zapata de Catena. Acá estaba trabajando con un plano inclinado, con una lámpara que alumbraba ese plano, y una docente le prestaba una lupa", contó el profesor.

Los padres de Gonzalo intentaron conseguir ayuda para mejorar las condiciones de estudio de su hijo. "Son padres muy atentos a la necesidad de Gonzalo y se esforzaron mucho por tratar de resolverlas, pero no lo lograron. La obra social se negó sistemáticamente a darles auxilio. Finalmente, contactamos a la Municipalidad y de allí inmediatamente comenzaron a gestionar", dijo el director escolar.

"No fue simple la búsqueda. Además la variación del dólar nos complicó, y por momentos nos pidieron casi $80.000", contó el secretario de Gobierno de la Municipalidad de Rivadavia, Hernán Amat.

Finalmente, después de mucho trabajo, la Comuna logró adquirir en Rosario el equipo que necesitaba Gonzalo, por poco más de $12.000. Es una especie de tablet, con una lupa electrónica y una luz potente, sistema especialmente diseñado para personas que padecen las dificultades que tiene el niño.

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El chico fue diagnosticado con baja visión y síndrome de Mornig Glory, una alteración congénita del nervio óptico de predominio unilateral. La Municipalidad, después del asesoramiento médico, adquirió una videolupa electrónica, según se denomina al equipo completo que le permite a Gonzalo leer cualquier texto escrito en cualquier tipografía y de cualquier tamaño, y además poder ir magnificando de acuerdo a sus necesidades, cambiar los colores y contrastes también de acuerdo a su preferencia.

"¿Cuál materia te gusta más?"

"¡Educación Física!", responde Gonzalo con entusiasmo. Sus dificultades para ver no le impiden adaptarse a deportes y juegos, y sostener: "Me gusta jugar al fútbol".

El diagnóstico que le han dado a sus padres es que Gonzalo irá perdiendo paulatinamente la visión.

"Estamos gestionando que Gonzalo sea sometido a un análisis completo en la Fundación Zaldivar. Sus padres tienen ese único dictamen de ceguera y queremos que el niño sea evaluado por los mejores profesionales que hay en el país", anunció Hernán Amat.

Fiesta en la escuela

Son las 21.30 del viernes. El leit motiv del acto es el cine. Ya han pasado las salas de nivel inicial y los primeros tres años. Ahora es el turno de los varones de 4° grado. Son minions y los disfraces, como todos los demás, están muy bien logrados. Gonzalo baila y se mueve en escena como si viera perfectamente. Sólo lo distinguen del resto unos lentes gruesos y cierta atención que le prestan el resto de sus compañeros, para evitar que sufra cualquier accidente.

Y algo más lo distingue. Es el de la sonrisa más amplia, más franca, el que más disfruta ese momento.

"Es un chico muy sociable, que se ha adaptado plenamente a la comunidad", dice el director de la escuela. Y se nota.

Escuela rural

En Los Árboles todo se concentra en la escuela, en la capilla y en el club. La 1-088 Alfonso Bernal tiene 106 años y es la única de la zona. Tiene 230 alumnos, pero alguna vez, en el primer cuarto del siglo XX, estuvo a punto de desaparecer por falta de alumnos.

Sin embargo, fue refundada por Vicente Lombardo, un docente que vivía en la villa y que en su casa instaló la escuela, una biblioteca pública, una librería escolar y las corresponsalías de los diarios provinciales y nacionales. Fue el maestro por excelencia, junto a su esposa Rosa Argentina Sanz. Hoy la plaza principal lleva el nombre de Vicente.

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En familia. Gonzalo, junto a Lorena y Fabián, sus papás. Al niño le gusta jugar al fútbol. Va a la escuela Alfonso Bernal, en Los Árboles. Junto a ellos, el intendente Miguel Ronco.
En familia. Gonzalo, junto a Lorena y Fabián, sus papás. Al niño le gusta jugar al fútbol. Va a la escuela Alfonso Bernal, en Los Árboles. Junto a ellos, el intendente Miguel Ronco.
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La videolupa. Este equipo le posibilita a Gonzalo leer con menos dificultad.
La videolupa. Este equipo le posibilita a Gonzalo leer con menos dificultad.

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