Desde noviembre, cuando fue detenido, hasta este viernes, la Justicia ya le rechazó dos veces la libertad al único sospechoso de matar al policía Ariel Silvestre Rojas en Godoy Cruz hace más de 9 meses.
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La defensa de Luis Alberto Ozán volvió a pedir que se revoque la prisión preventiva criticando algunas pruebas vitales de la acusación en su contra.
El argumento del abogado Facundo Marquesini se centró en que la vaina de un cuchillo que entregó el testigo clave de la causa la cual no presentaba huellas dactilares ni manchas de sangre, según un informe de Policía Científica.
El letrado agregó que los otros cinco cuchillos que secuestraron en la casa de Ozán cuando fue detenido no coinciden con la puñalada que tenía la víctima fatal.
Del lado contrario, la querella oficial y el fiscal de Homicidios Carlos Torres consideraron que si bien eso es correcto, puede que el sospechoso se haya desecho del arma homicida tras el ataque.
También pidieron darle mayor peso a la declaración del testigo clave, un hijastro del sospechoso, que declaró haberlo visto la pelea entre Ozan y el policía Rojas.
Finalmente el juez Juan Manuel Pina se inclinó por esta última versión. También estipuló que el imputado arriesga una pena alta -de 8 a 25 años de cárcel-, que tiene condenas anteriores, que ya ha intentado fugarse -en 2005- y que puede entorpecer la causa ya que conoce al testigo clave.
Con esta decisión, Ozán seguirá alojado en la penitenciaria y a la vez se estableció un plazo de 90 días para que el fiscal solicite la elevación a juicio del expediente.
El hecho
Rojas era auxiliar de la Unidad Investigativa de Las Heras y fue apuñalado en la esquina de Don Quijote de la Mancha y Capitán Candelaria, en Godoy Cruz, el 13 de octubre pasado.
La hipótesis fiscal sostiene que Rojas, quien estaba de civil, quería comprar estupefacientes y allí se contactó con Ozán, a quien le dio mil pesos en efectivo. El dealer le dijo que lo esperara mientras iba a comprar la droga, pero la cuestión es que no quiso darle ni la sustancia ni el dinero al uniformado.
Rojas empezó a perseguirlo y a 200 metros se generó una riña donde terminó herido fatalmente con un arma blanca.