En su relato, detalló que desde mayo hasta julio del 2019 se habían realizado compras de esa sustancia, pero que luego cancelaba, por lo tanto no fueron concretadas. Hasta que finalmente el 2 de julio sí hizo dos compras de etilenglicol puro.
Si bien la misma Karen Oviedo aseguró en su declaración que esas compras las había hecho Rolando desde su celular, quedó demostrado que hasta después de fallecido se continuaron realizando búsquedas sobre envenenamiento o tratamientos por la ingesta de ese refrigerante para autos, y cómo borrar las búsquedas realizadas.
La empleada que complicó a la acusada
El relato de Claudia Cortéz, empleada doméstica de la pareja, fue contundente, ya que aseguró ver cómo Karen Oviedo puso un líquido extraño en un vaso con agua que le quería hacer tomar a Rolando Aquino.
Dijo que el 7 de febrero llegó a la casa de Karen a las 17, y "cuando estaba en la cocina limpiando escuché que ella le decía a Rolando que tenía que tomar algo, y él le decía que no quería porque todo lo que le daba le caía mal".
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Rolando Aquino y Karen Oviedo llevaban casi 7 años en pareja.
La mujer vio en el momento que Karen sirvió agua en un vaso, y luego de un aparador sacó una botella transparente de medio litro, y puso un "chorro" de eso con el agua. Esa sustancia también era transparente, por lo que no se diferenciaba en absoluto.
Si bien no supo si Aquino lo tomó o no, detalló que el hombre estaba acostado en su cama y cuando se quiso levantar comenzó a vomitar. Como pudo, "tambaleando y agarrándose de las paredes" se fue hasta el baño donde siguió descompuesto.
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Con este testimonio, se conoció el mecanismo que habría utilizado Karen Oviedo para envenenar a Rolando, además que dejó desterrada la coartada de la acusada, quien había asegurado que esa tarde no había estado en su casa.