El padre de Micaela sostuvo que anoche su hija le pidió que le dé tiempo para ir contando todo lo que vivió en estos 5 años junto a Arancibia, y para explicarle por qué se alejó de toda su familia.
"Mi hija fue una víctima más. Para mí estaba amenazada con que nos iba a quitar la vida a nosotros o a ella o alguien", reveló el padre de la joven de 27 años. "Me dijo que hace unos meses atrás ella se quería separar, le dijo que no quería estar más con él, pero no la dejó, la volvió a convencer".
La mujer contó que a veces hacía trabajos de limpieza, pero Arancibia no la dejaba mucho salir de la casa, "no quería que se juntara con ningún familiar, ni que supiéramos dónde vivía".
Dijo que desde pasó el femicidio reciben constantes amenazas, y ahora que recuperó la libertad el acoso se volvió peor.
Méndez sostuvo que su hija regresó a su casa de Callejón Berra y calle Padre Vázquez, de Maipú, el domingo en la noche con el mismo Arancibia que la fue a buscar a Las Heras, donde ella había ido a pasar un cumpleaños.
"Tenía las fotos de la familia y la gente que dijo que había estado con ella ese día", además están los movimientos en su tarjeta SUBE, y el posicionamiento de su celular demostró que no había estado en el momento del crimen de Florencia.
Micaela manifestó que cuando la policía llegó a su casa ella se quedó helada cuando Arancibia reconoció que había estado allí con Florencia, "ella le dijo que le tenía que explicar todo esto que estaba pasando".
Dijo que la noche del domingo cuando regresó a su casa no notó nada diferente, solo que Arancibia había arreglado la habitación como también había hecho un poco de limpieza, pero nada fuera de lo habitual. Aseguró que se comportó como cualquier otro día, por lo que nunca sospechó que su pareja había asesinado a una adolescente de 14 años.