En las últimas horas de este viernes se conoció la sentencia en el juicio por el asesinato del médico Sebastián Prado (36). El jurado encontró culpable a uno de los acusados y al otro no culpable.

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Pasadas las 23 se conoció el veredicto, donde Jonathan Morales Nievas (32) fue encontrado culpable de homicidio criminis causa -matar para ocultar el robo-.

En tanto que Ismael Merlo (32) fue declarado por unanimidad no culpable, es decir, para el jurado no participó del hecho.

Morales, quien ya tenía una condena anterior a prisión perpetua por otro homicidio en un asalto ocutrido en Guaymallén, recibió nuevamente la máxima pena, pese a que su defendor planteó la incostitucionalidad.

En tanto que Merlo recuperará su libertad en forma inmediata.

La acusación

La jornada comenzó con la palabra del fiscal jefe de Homicidios Fernando Guzzo, quien le dio credibilidad a los dos testigos claves del caso -José Tyson Gómez y Lucas Orozco- asegurando que "están detenidos y no recibieron ningún beneficio por su declaración".

Su colega, la fiscal Claudia Ríos, detalló que los testigos presenciales del ataque aseguraron que el asesino medía 1,70 metros y era zurdo, características que no coinciden con Tyson, a quienes la defensa apuntaron como partícipe del hecho -ver más abajo-.

"Carla Santarelli -ex pareja de Prado- y su actual pareja confirmaron que ella vio una foto de Morales en 2018 y dijo que ese era el asesino", argumentó. También desacreditó la versión de que Jonhy haya estado trabajando al momento del hecho ya que se comprobó que su teléfono celular fue tomado por distintas antenas de Ciudad esa jornada.

Con respecto a la mancha encontrada en un buzo en poder de Tyson Gómez, consideró que "no se confirmó si era de sangre y además era del victimario, por eso no se hizo el cotejo de ADN con la víctima fatal".

"Hagan Justicia por Sebastián Prado", concluyó la magistrada, solicitando un veredicto de culpabilidad para los dos acusados.

En sintonía alegó la abogada de las víctimas, Jimena Villanueva, quien detalló que "Morales es exactamente igual a cómo describen al asesino los tres testigos del hecho. Además le confesó el crimen a Tyson y a Orozco. Las pruebas son contundentes".

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Las defensas

En un extenso alegato -duró casi una hora y media-, el defensor oficial de Morales, Víctor Banco, planteó las diversas dudas que existen sobre la autoría de su representado.

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Primero, marcó el cotejo de ADN que nunca se realizó y que "si daba positivo hubiera complicado a Tyson y si daba negativo le daba credibilidad a su relato. Podría haber resuelto la causa en 2013".

Sobre el reconocimiento de Carla Santarelli en una foto de 2018, aseguró que en realidad esa imagen ya había sido publicada en los medios en 2013 y esta fue la referencia que tuvo, ya que ella misma declaró que no podía identificar al asesino porque se tapaba el rostro.

Banco detalló varias contradicciones del "testigo estrella" Tyson Gómez y de Lucas Orozco: "Los dos mienten. Gómez tenía mucho para perder porque era sospechoso del hecho y Orozco porque luego de declarar contra Morales su esposa pidió una recompensa de 150 mil pesos".

Por último, marco que el teléfono celular de Jonhy estuvo enviando mensajes de textos "cada un minuto y medio al momento del hecho. Es imposible que haya estado cometiendo un asalto mientras escribía".

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El abogado defensor Cristian Vaira Leyton -trabajó junto a Agustín Magdalena-, cerró los alegatos clamando por la inocencia de Pipi Merlo. "A él lo liberaron en 2013 y cuando lo vuelven a detener en 2018 no había pruebas nuevas. Sólo la declaración de Tyson que ha perdido total credibilidad en este juicio".

"Ningún testigo presencial ve a Pipi Merlo en el lugar del hecho, ni en una moto, ni en las inmediaciones. De hecho, el empleado de una estación de servicio ve escapar a una persona sola corriendo, no a dos en una moto", concluyó.