Uno de los casos de violencia de género más graves de los últimos años en Mendoza ingresa en etapa definitoria. Un hombre comenzó a ser juzgado por golpear, amenazar, secuestrar y violar 10 veces en un mismo día a su pareja.
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Claudio Ricardo Medrano (40) se sentó en el banquillo de acusados en la mañana de este jueves, en el comienzo de un juicio que se extenderá hasta mediados de la semana que viene.
Está acusado de varios delitos: abuso sexual con acceso carnal agravado, privación ilegítima de la libertad, lesiones y amenazas agravadas. Pero la discusión central en el debate será al respecto de los dos primeros delitos, a la sazón, los que mayor pena de prisión contemplan.
La defensa de Medrano sostiene que su cliente no mantuvo cautiva a la víctima y que no la violó diez veces en un mismo día, sino que se trató de relaciones consensuadas. La prueba clave: en el cuerpo de la mujer se encontraron fluidos no sólo de Medrano sino también de 4 hombres más.
Además, una versión sostiene que estuvo en un boliche y no secuestrada, según comentaron fuentes judiciales.
Luego de escuchar los testimonios y alegatos, está previsto que el juez Eduardo Martearena dicte sentencia en el caso.
Violencia de género
Los hechos ocurrieron en noviembre de 2017 cuando, según la hipótesis fiscal, el hombre secuestró a una joven de 28 años con quien tenía una relación informal.
La mantuvo cautiva en una pensión ubicada en calle General Paz, en Ciudad, durante dos semanas. El día 20 de ese mes, la abusó sexualmente en diez ocasiones durante toda la jornada. La mujer presentaba lesiones compatibles con estos vejámenes.
El 2 de diciembre siguiente, la pareja se encontraba cenando en un lugar ubicado en calle San Martín de Ciudad cuando el hombre comenzó a amenazarla y golpearla. Personal del establecimiento lo echó a la calle y la víctima aprovechó la situación para escaparse y radicar la denuncia en la Comisaría Tercera. En tanto que el sospechoso escapó.
A las pocas horas se realizó un allanamiento en la pensión donde habrían ocurrido los abusos y se secuestró un buzo con manchas hemáticas, guantes de látex y un teléfono celular, pero no se logró detener a Medrano.
Fue capturado un año después en el oeste de Godoy Cruz cuando caminaba y fue interceptado por un efectivo policial.