Germán Paoloski, quien se destacó hasta no hace mucho en un canal deportivo y hoy en una de las figuras de los noticieros de Telefé, se sinceró este sábado en Podemos Hablar PH, y contó cómo empezó su historia de amor con Sabrina Garciarena (36 años).

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El periodista de 46 años, quien aseguró que no cree en “la amistad entre el hombre y la mujer“, pertenecía a un grupo de amigos en común con la modelo y luego de un verano en el que coincidieron en Punta del Este comenzaron a verse mucho más que antes.

El conductor fue el primero en dar un paso adelante cuando Andy Kusnetzoff quiso saber quiénes "encaraban" cuando les gusta alguien y que incluso le tocó hacerlo para iniciar su relación con la actriz, ya que en un comienzo eran muy amigos y fue difícil hacer ese cambio de relaciones.

Paoloski confesó que ya sabía que sentía algo por Sabrina y elaboró una estrategia para conquistar: el primer paso fue arreglar una salida solos a cenar un 14 de febrero. Esa noche, al llevarla a su casa, Germán se dio cuenta de que “todo era a matar o morir” y decidió darle un beso que duró casi 30 minutos.

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"No creo en la amistad entre el hombre y la mujer, en el sentido de la amistad que yo tengo con un hombre es una relación que no creo que podría tener con una mujer. A mí me pasó con Sabrina, yo tenía una relación de amistad, amigos en común, yo tenía mi pareja, ella su pareja, y después de un tiempo nos dimos cuenta de que tenemos tantas cosas en común, se terminó dando la relación de noviazgo", afirmó el periodista.

Andy buscó saber cómo había sido el momento en el que Paoloski descubrió que había un sentimiento recíproco con la artista, y lo contó con mucho humor.

"Después de un verano en Punta del Este, donde habíamos coincidido, ella había ido con sus amigas, yo con los míos, nos empezamos a ver mucho más que antes. Empezamos a hacer planes juntos, y ya por ahí hay planes sin otros amigos en común, nos encontramos yendo solos al cine... Acá yo ya empecé a sentir 'qué complicado', porque cuando vos tenés una relación de amistad saltar ese paso, es complicado", comentó.

El periodista sacó su última carta y apostó por más: “Andá a tu casa y mañana hablamos”. Y agregó: "le dije 'te paso a buscar pero al final vamos a ir a comer solos, porque tal y tal no pueden".

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 Paoloski continuó el relato: "Ella me dijo 'Bueno, dale'. Voy a comer con ella, comida, charla, buena onda. Vamos al boliche, la pasamos bien. La llevo a la casa, y cuando freno el auto, ella no se baja rápidamente, entonces nos quedamos hablando... Y taca, beso… Y beso largo. Ese beso marcó la familia que tenemos hoy. Y después de media hora se separa y me dice 'No da. Fue espectacular, pero somos amigos, no da…'".

Al otro día se iban a Mar del Plata con un grupo de amigos, pero terminaron yendo solos y en un boliche se volvieron a besar. Allí ambos aceptaron sus sentimientos y no se separaron más.