Por Selva Florencia [email protected]
La actriz cambia su papel habitual de femme fatale por el de una ex novia que busca venganza, en la obra Algunas mujeres a las que les cagué la vida.
La actriz cambia su papel habitual de femme fatale por el de una ex novia que busca venganza, en la obra Algunas mujeres a las que les cagué la vida.
Por Selva Florencia [email protected]
Un hombre y cuatro mujeres, un hombre y cuatro relaciones amorosas muy diferentes. Algunas, con finales abiertos, y otras, no tanto. La posibilidad de darle un cierre a estas historias o de vengarse una última vez. Esa es la trama que aborda la comedia Algunas mujeres a las que les cagué la vida, que propone reírse de algunos estereotipos de parejas, pero a la vez reflexionar sobre un tema universal: el amor.
La obra, que estuvo un año y medio en la cartelera porteña, tendrá cuatro funciones en Mendoza este fin de semana. La primera, este jueves, en Rivadavia; viernes y el sábado serán en el Salón Fader del Arena Maipú, y el domingo, en San Rafael.
La producción está protagonizada por el actor y director Marcelo Cosentino y las actrices Miriam Lanzoni, María Del Cerro, Laura Bruni y Ximena Capristo.
La comedia tiene su origen en Estados Unidos, ya que es una de las tantas obras del celebrado dramaturgo contemporáneo Neil Labute.
Se estrenó en 2011 en Broadway, con Eric McCormack (de la serie Will & Grace) y Fran Drescher (La Niñera) en los roles protagónicos. Luego, abrió en Londres, donde el rol masculino lo encarnó el ex actor de Friends David Schwimmer.
En Argentina, la versión nacional se estrenó a principios de 2013 y, desde entonces su elenco ha ido variando. La última incorporación –en el marco de la gira nacional– fue la sensual Ximena Capristo.
La actriz de 37 años interpreta a una mujer que estuvo de novia tres años con el protagonista hasta que un día él desapareció sin dejar rastro. Años después, la convoca a un hotel –al igual que a otras ex novias suyas– para ofrecerles explicaciones.
El papel está alejado del que Capristo suele encarnar, ya que el público está más acostumbrado a verla como la femme fatale de las comedias o la vedette de revistas como La rotativa del Maipo o Vedetísima.
–¿Cómo es Juli, el personaje que hacés en esta comedia?–Mi personaje estuvo de novia con Marcos (interpretado por Marcelo Cosentino) durante tres años y un día, de repente, no está más. La persona con la que ella se iba a casar la deja sin darle explicaciones. Años después, ella recibe un correo electrónico mediante el cual él la cita a un hotel de Buenos Aires para reencontrarse. Lo que pasa es que ese mismo mail se lo ha mandado a otras ex parejas de él también. Juli llega al encuentro con una carga emotiva importante y bastante despechada, porque nunca entendió bien qué pasó. Ella se preguntó durante mucho tiempo por qué este “terrorista emocional”
la abandonó así. Por eso, ella va con ganas de vengarse, pero a veces el amor es más fuerte...–Es decir que el público puede relacionarse fácilmente porque se trata de una historia de amor... –Quienes la ven suelen sentirse muy identificados y lo expresan al final de la obra, porque todos hemos vivido algún amor o desamor. Los temas de pareja, ya sean heterosexuales u homosexuales, siempre
resuenan fuerte porque a todos nos han pasado. Lo más interesante es que este hombre, en cada una de sus historias amorosas fue diferente. No se portó de la misma forma y en eso está también la gracia, porque Marcelo va encarnando diferentes estereotipos de hombre, según la historia de la que esté hablando. Las cuatro mujeres que él cita son totalmente todas distintas.–¿Pudiste utilizar alguna experiencia personal para darle forma al papel? ¿Alguna relación traumática que hayás tenido?–Estoy casada hace tiempo (con Gustavo Conti), pero obvio que siempre te remontás a tu pasado y a tus historias antes de ponerte a desarrollar un papel. Marcelo, que también dirige la obra, me planteó
por dónde buscar el papel de Juli, porque ya lo habían hecho María Fernanda Callejón y otras dos actrices antes que yo. Por lo general, armo mis personajes sobre la base de mi vida, pero la realidad es que nunca tuve una relación traumática. No me pasó en lo personal, porque soy de la idea de que nadie te puede cagar la vida si vos no querés. Por lo menos, creo no haberle hecho eso a ningún ex novio (risas). Además, siempre tuve novios buenos. Mi personaje es casi lo contrario a mí, por eso fue un desafío muy grande. Me suelen llamar para papeles más autoritarios o histriónicos.–¿En un futuro te ves haciendo cada vez más estos papeles y alejándote de las plumas?–La idea es que este verano siga con esta obra, porque vamos a hacer la temporada en Entre Ríos. Me llaman muchas veces de programas de televisión para que opine de ciertos temas, pero hace un tiempo yo cambié de representante y sigo mucho lo que él me dice. Prefiero limitar mis apariciones en televisión, por ejemplo, a cuando tengo algo que promocionar. Empecé a estudiar actuación en 1994 con Norman Briski y desde entonces no paré de estudiar nunca. Ahora, estoy estudiando locución, por ejemplo. Sigo formándome. La veta de vedette me llegó por mi estereotipo físico y mi personalidad, por
eso la aproveché, no voy a renegar nunca de mi trabajo, porque lo disfruté mucho. Pero lo cierto es que para ser vedette tenés que estar siempre relacionada con el escándalo, el chusmerío y expuesta. Es obvio que hasta que no me siga probando o me vean en otro rol, no van a confiar en mí. Los trabajos que hice en su momento me pagaron muy bien y me enseñaron mucho, pero siempre quise trabajar como actriz. Por suerte, esta carrera es muy larga y creo que tengo trapo para rato.Una obra mundial
CuándoJueves, a las 21:30 en el teatro Bianchi (Rivadavia), viernes y el sábado, a las 21:30 en el Salón Fader de Arena Maipú, y el domingo, a las 20:30 en el teatro Roma (San Rafael)
Entrada$200, a la venta en las boleterías de las salas y en Tarjeta Nevada