Por Fernando [email protected]
"La gente que paga una entrada lo hace para ver algo de calidad. Y para El cantante de bodas hemos logrado un en samble digno de calle Corrientes" Nicolás Hemsy productor
del musical
"La gente que paga una entrada lo hace para ver algo de calidad. Y para El cantante de bodas hemos logrado un en samble digno de calle Corrientes" Nicolás Hemsy productor
del musical
Por Fernando [email protected]
A Robbie lo acaba de dejar su novia. El casamiento parecía inminente, pero la relación terminó antes de lo provisto. Por eso el chico, que se gana la vida justamente como cantante de bodas, está intratable. Si no puede casarse, nadie lo podrá hacer.
Así que se dedica a arruinar las bodas en las que canta, a riesgo de hundir no sólo su vida sentimental, sino su promisoria carrera como rockstar.
El amor regresa, entonces, para cambiarlo todo. Y es cuando Julia irrumpe en la vida de Robbie y lo limpia de todo cinismo.
La historia de El cantante de bodas llegó a la pantalla en 1998, con Adam Sandler y Drew Barrymore como protagonistas. Luego, el éxito de la película derivó en un musical de Broadway y ahora, después deversiones internacionales y una serie sostenida de temporadas, llega a Mendoza para una versión producida íntegramente en nuestras tierras.
El mendocino Nicolás Hemsy es quien tomó el riesgo de esta producción. Después de una larga experiencia que incluye la producción de dos musicales infantiles y un trabajo de años junto a Gerardo Sofovich, el socio de Valeria Lynch en las sedes de la Escuela de Comedia Musical en Mendoza estrena mañana El cantante de bodas, en el Teatro Independencia.
Antes de la serie de cuatro funciones previstas, el productor se toma un tiempo antes de los ensayos finales y comparte con Escenario la génesis de esta producción y también sus desafíos.
–¿Cómo nace la idea de producir en Mendoza este musical?–Yo estuve trabajando con teatro hasta que decidí volverme a Mendoza. Aquí instalamos la Escuela de Comedia Musical de Valeria Lynch y vimos que este género casi no se trabajaba. Así que comenzamos a
hacerlos nosotros. Estrenamos Oz, una aventura musical y, el año pasado, Los Cantatutti, dos obras que recibieron el Premio Escenario. Como tuvimos un gran éxito de público con estas puestas infantiles,asumimos que debíamos hacer una para grandes. Y aquí estamos.–¿Y por qué elegiste El cantante de bodas?–Viajé a Nueva York junto con Sergio Lombardo, el experimentado director que convoqué para el trabajo. Vimos varios musicales y analizamos aquellos que tuvieran disponibilidad para su adaptación en la Argentina. Así se trabaja: los derechos se ceden por zonas, y en este momento este musical, que es realmente hermoso, podía hacerse. A eso se sumó que Sergio ya había hecho una puesta para esta
obra, así que le dimos para adelante. Compramos los derechos y nos animamos.–Ese “animarse” incluye varias apuestas. Además de la monetaria, el hecho de armar un elenco exclusivamente de artistas locales... –La verdad es que las dimensiones que ha tomado esta puesta de El cantante de bodas es lindísima. Desde mi lado fue un riesgo absoluto. Aparte del pago de los derechos hay que invertir para una obra que tiene 20 cambios de escenografía y 30 cambios de escenario. Fue muy oneroso contratar, llevar y traer al director, y siempre pensar en que cuando se presentara, el costo de las entradas fuera accesible. La verdad es que la apuesta como productor fue grande. Pero la calidad artística es excelente. Hace cuatro o cinco años que conozco a los artistas locales. El nivel es tan bueno que nos costó mucho elegir a los 30 que elegimos.
–¿Creés que hay veces que el público no aprecia a los artistas locales?–Puede ser. Hay veces que viene una comedia de verano y se llena el teatro. Con la gente local cuesta. Y no lo digo atacando a las comedias de temporada veraniega, ya que yo trabajé en muchas con Gerado Sofovich. Pero el trabajo que tiene una comedia musical como esta y el nivel de los actores hacen que sea muy importante que la gente descubre el enorme nivel artístico que hay en los artistas de Mendoza.
–Las puestas en Broadway tienen un nivel de producción monumental. ¿Cómo se hace para mantener ese nivel aquí?–La puesta no pierde casi nada de la producción en Broadway. La traducción es muy fiel al original, de hecho hay chistes muy estadounidenses, que son sumamente graciosos. La única diferencia puede
ser presupuestaria. Nos adaptamos al lugar, al presupuesto, pero el resto no. La música es exactamente la misma de Broadway. Nosotros pedimos las pistas para no correr aún el riesgo de poner músicos en vivo, pero ya avanzaremos sobre esto. Queremos ir pisando firme. Sobre todo, para mantener la calidad. Nunca se va a ver algo mal hecho. Para que la gente de verdad sienta que cuando paga una entrada es para un ver algo de calidad. Se logró un ensamble digno de calle Corrientes, sin dudas.–La versión de la película en teatro transcurre en una boda. ¿Aquí sucede lo mismo?–Sí, cuando la gente entre al teatro Independencia va a encontrar una barra como en un casamiento, porque es una boda. Pero, además, el público que nos acompañe se va a poder sumergir en el clima de la obra, que tiene momentos de mucho humor, de chistes inteligentes y también de chistes bobos, y de mucha emoción, de esa que hace llegar hasta las lágrimas. Y, lo más importante, es que el público va a
salir cantando cuando termine la obra. Nosotros apostamos a un musical para divertirse y entretenerse. Las dos horas que dura el espectáculo son una fiesta.►GRAN APUESTA Nicolás Hemsy invirtió 12 mil dólares en esta producción. La inversión incluye el pago de derechos del musical de Broadway para producirlo en Mendoza.
►CARAS CONOCIDAS Además del cantante David Blanc y la actriz Claudia Racconto aparecen en el elenco Darío Martínez, Martín Chamorro, Alina Rodríguez Hualpa y Carolina March, entre otros.
►GRAN PRODUCCIÓN La dirección es del experimentado Sergio Lombrado y la producción, de Nicolás Hemsy. Las coreografías son de Natacha Gabrielli y el vestuario, de Yanina Di Munno.
El productorNicolás Hemsy tiene 30 años y es administrador de Empresas, recibido en la Universidad de San Andrés. Trabajó durante muchos años en diversas revistas de Gerardo Sofovich. Luego de participar en la exitosa El champán las pone mimosas, se lanzó como productor de obras como Out of the Blue y espectáculos como el del Teatro Negro de Praga y Farruquito. Finalmente, se asoció con Valeria Lynch (foto) para abrir tres sedes de su escuela.
En Mendoza produjo tres musicales y prepara otro para el invierno.
La fichaCuándo: miércoles, el 24, el 26 y el 27, a las 21
Dónde: Teatro Independencia (Chile y Espejo, Ciudad)Entradas: $100 generalesEspectáculo apto para todo público