Para contrarrestar esos efectos, Cameron considera que lo más importante es acudir con alguien para poder hablar y descargar su furia, por lo que cuenta con el apoyo de un especialista. Remover el pasado y ponerse al día con viejos conocidos tampoco es algo que le inquiete, razón por la que desiste de acudir a reuniones con ex compañeros de escuela y de la infancia."Cuando tenía unos 20 años, y cuando era una niña, no era muy feliz. Soy una persona oscura; soy realmente una persona oscura y melancólica. No estoy bromeando", dijo. Añadió: ''Ahora no soy una persona torturada. Lo fui en el pasado y no quiero proyectar eso, pero soy realista; veo las cosas como son y es muy duro pretender que sean de forma diferente".