Esta cinta fue un verdadero emblema de la resistencia del estudio MGM para estrenarla en los cines y no venderla a una plataforma de streaming por las sucesivas postergaciones obligadas por la pandemia (el estreno estaba programado inicialmente para abril de 2020).
En algún momento trascendió que la plataforma Apple había ofrecido 400 millones de dólares, pero MGM se negó a venderla, aunque cada mes de espera le costaba al estudio perder cerca de un millón de dólares. De todas maneras, podían estirar un poco la espera porque sólo con la publicidad no tradicional del filme (las marcas que aparecen “casualmente” en la producción) habrían recaudado 100 millones de dólares, cuando el costo total de la película superó los 250 millones de dólares.
El difícil adiós
Después de una decepción amorosa, James Bond vive su retiro en Jamaica hasta que su amigo de la CIA, Felix Leiter (Jeffrey Wright, Westworld) lo embarca en una nueva misión: rescatar al científico Valdo Obruchev (David Dencik) quien tiene en sus manos un arma biológica que puede poner en riesgo al mundo. Detrás de todo esto está un misterioso hombre (Rami Malek) cuyas siniestras intenciones obligarán al agente secreto a enfrentar no sólo numerosos peligros, sino también su pasado y a su último amor, Madeleine (Léa Seydoux).
La silla del director esta vez estuvo ocupada por Cary Fukunaga (director de la primera temporada de True Detective), también guionista del filme junto a un equipo que incluyó nada más y nada menos que a Phoebe Waller-Bridge, guionista y protagonista de Fleabag.
A esto se suma un elenco de reconocidos actores como Ralph Fiennes, Ana de Armas y Christoph Waltz.
La escena de persecución inicial (buena, pero no a la altura de la de parkour de Casino Royale) nos hace entrar en clima, pero el filme no mantiene esa tensión, esa sensación de mantenernos al borde de la butaca, sobre todo por las extensas y a menudo innecesarias escenas de acción que sólo contribuyen a prolongar el tiempo del filme, pero que no contribuyen al resultado general ni suman significativamente a la trama. Al parecer Fukunaga no sabe manejar el límite y considera que cuánto más minutos lleve el tiroteo, más suma en acción y suspenso, pero aquí claramente el resultado es inverso. Es tan excesivo que ya nada como espectador nos sorprende, ya que la “artillería” el director no sabe ir in crescendo y en las escenas finales la saturación es más notable.
Otro problema de la película es el perfil de sus personajes. James Bond está envuelto en una historia de amor y en el final mismo de la película, ni Craig ni Seydoux logran emocionarnos con el destino de la pareja. Una lástima, porque se esperaba mucho más de la despedida de Daiel Craig como 007 y claramente esta película no es precisamente el broche de oro para su personaje, que le requiere una emocionalidad que el inmutable agente no posee.
Por otro lado, siempre los villanos de James Bond han sido tan fundamentales como el mismo agente secreto y aquí estamos frente a uno de los menos carismáticos que se haya visto en toda la saga. Rami Malek (foto) filosofa y aburre con sus intenciones y no sólo no despierta temor, sino que su monótona interpretación nos deja al borde del aburrimiento.
Sin tiempo para morir se esperaba como uno de los estrenos del año, pero sólo es una cáscara visualmente atractiva y personajes sin rumbo, que se merecían un epílogo que estuviera a la altura de esta despedida.
No Time to Die 007 (2021) Tráiler Oficial Subtitulado