Bruno (Albert Baró) y Lucía (Delfina Chaves) tuvieron un encuentro furtivo soñado. Él condujo a la joven por los túneles, la vía ideal para trasladarse por Buenos Aires sin ser descubiertos. "Invisibles y libres", sentenció el español.

Vestidos elegantemente para la ocasión, fueron a escuchar a Margot (Alejandra Radano) al bar. Bailaron y rieron juntos un largo tiempo, para luego volver a esos recovecos subterráneos que los protegieron de las miradas y juicios ajenos.

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Ahí, en ese marco inmejorable de paz e intimidad, dieron rienda suelta a ese amor tan contenido y se besaron apasionadamente.