Aunque Martín Echeverría no especifique en Pezríoluna de qué especie es su inspirado animal vertebrado acuático, tratándose de poesía seguramente tiene buena parte del salmón. Por eso de ir contra la corriente de lo que marca la tendencia del género. También por la concepción que tiene el autor de lo que es el poema como construcción que cobra su forma más auténtica cuando se hace oral. El periodista y escritor, con dos obras publicadas –Los desangelados, abrazos en la intemperie y Los invisibles y otros secretos–, alcanza en este Pezríoluna su más alto escalón lírico hasta el momento; lo que en criollo resaltaríamos como madurez.