Espectáculos
El compositor de folclore y pianista está en terapia intensiva de una clínica del conurbano.

Allegados a Ariel Ramírez confirmaron que sigue delicado

Por UNO

A sus 88 años, uno de los máximos compositores del folclore como es Ariel Ramírez se encontrabahasta anoche en terapia intensiva de una clínica del conurbano bonaerense y su estado era

"delicado".

Allegados al autor confirmaron la mala noticia aunque respetaron la decisión familiar de no

revelar mayores detalles, según reveló el Diario de Cuyo.

Al margen de esta complicación clínica, el compositor musical de la "Misa Criolla",

"Alfonsina y el mar" y "Mujeres Argentinas", padece desde hace años una enfermedad por la que

prácticamente perdió la memoria y no pudo continuar su obra.

Cuarto entre los 6 hijos de Rosa Servetti y Zenón Ramírez , Ramírez nació en Santa Fe, donde

estudió piano y obtuvo su título de maestro. Luego se radicó en Córdoba. Allí, conoció a Atahualpa

Yupanqui, quien lo impulsó a recorrer el noroeste.

Hacia 1943, se inició como intérprete y 3 años después, la RCA Víctor imprimió sus primeras

placas con La tristecita, Purmamarca y Malambo: "lo más puro de mi creación", según observó el

propio Ramírez.

Don Ariel perfeccionó su estilo en el Conservatorio Nacional, donde durante un año, recibió

lecciones de técnica pianística y composición.

Así, en 1950, le llegó su primer viaje a Europa. Radicado en Roma, a lo largo de 4 años, se

presentó en las Universidades de Barcelona, Santander, Roma, Cambridge, Utrecht y Amsterdam; y

actuó en la Sala Brahms y la Academia de Música de Viena, la Musikhalle de Hamburgo, el Withmore

Hall, la BBC de Londres y Radio Vaticano donde fue recibido por el Papa Pío XII.

Al volver del viejo continente, se estableció en Lima (Perú) en 1954 y un año más tarde

regresó a Argentina para organizar la Compañía de Folklore Ariel Ramírez.

En su búsqueda de nuevas sonoridades, integró elencos con notables artistas, como Eduardo

Falú, Jaime Torres, Lolita Torres y Mercedes Sosa; e incursionó en la cinematografía, con bandas

sonoras para los directores Leopoldo Torre Nilsson, Fernando Ayala y Héctor Olivera.

Pero es 1964 el año que marca un hito en su trayectoria. Esa Navidad, estrena Misa Criolla,

obra que abre uno de los períodos más brillantes de su carrera y con la que llegó hasta Japón.

Paralelamente, como dirigente de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores, ocupó

cargos nacionales e internacionales; en 1988 tuvo el honor de ser el primer latinoamericano en

presidir la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores.

Sin embargo son sus canciones, objeto de múltiples grabaciones, las que han dado la vuelta al

mundo en inglés, italiano, francés, hebreo y árabe.