Una empresa que construyó un imperio en el mercado argentino ahora lucha por su supervivencia. Garbarino, fundada en 1951, llegó a controlar el 30% del mercado de electrodomésticos con más de 300 sucursales distribuidas en todo el país. Su continuidad depende de que aparezca un comprador dispuesto a apostar por estas marcas históricas.
El juez Fernando D'Alessandro tomó una decisión que definirá el destino final de la compañía. La Justicia habilitó un registro especial donde los interesados en adquirir Garbarino y Compumundo tienen siete días para inscribirse y presentar sus propuestas.
De empresa líder del mercado a crisis financiera
Garbarino llegó a ser una potencia comercial con casi 5.500 empleados y facturación que superaba los $20.000 millones anuales. La empresa siempre se destacó por su capacidad de innovación: fue pionera en las ventas telefónicas, después incursionó en el comercio electrónico, y estableció sus propias plantas industriales en Tierra del Fuego. Parecía una compañía inquebrantable.
La situación cambió drásticamente con las devaluaciones de 2018 y 2019. Las ventas cayeron 50% entre 2016 y 2019, los costos laborales aumentaron considerablemente y conseguir financiamiento se volvió imposible. La empresa que antes generaba ganancias sólidas comenzó a mostrar pérdidas millonarias y patrimonio neto negativo.
Carlos Rosales adquirió la empresa en 2020 con la promesa de rescatarla, pero su gestión profundizó la crisis. Cerró más locales, despidió personal y acumuló mayores deudas. Los proveedores acumularon créditos impagos por $12.000 millones, mientras los empleados enfrentaron retrasos constantes en sus salarios.
Garbarino terminó en concurso preventivo, con entidades bancarias como Santander y Galicia entre sus principales acreedores. La empresa que dominó el sector durante décadas ahora enfrenta la posibilidad de desaparecer completamente.
La venta como última alternativa a la quiebra
Los candidatos a comprador deben depositar $400.000 y cumplir con plazos estrictos. Si aparecen interesados, se designará un evaluador para determinar el valor real de las marcas en un plazo de 30 días. Posteriormente, los postulantes tendrán 20 días adicionales para negociar con los acreedores.
Si no se presentan oferentes o fracasan las negociaciones, el magistrado declarará la quiebra inmediata. Esta venta forzosa representa la única oportunidad que tiene Garbarino para evitar que sus 74 años de trayectoria lleguen a su fin.
Según información del portal económico iProfesional, el juez Fernando D'Alessandro resolvió el 16 de julio aplicar el procedimiento del artículo 48 de la Ley de Concursos y Quiebras para brindar esta última oportunidad a la tradicional empresa.






