Historias de vida

Una bodega que nació en el patio de una casa llegó a ser distinguida por Tripadvisor

La bodega familiar De la Tierrita fue reconocida por la plataforma Tripadvisor entre las mejores experiencias de turismo del mundo. ¿Cómo lo consiguieron?

Mendoza es sinónimo de bodegas majestuosas, viñedos infinitos y una industria enoturística que atrae a miles de visitantes de todo el mundo. Sin embargo, desde el corazón de un barrio de Eugenio Bustos, en San Carlos, una pequeña bodega familiar se destaca por abrir las puertas de su propio hogar para compartir con turistas su vino.

El emprendimiento, bautizado como De la Tierrita, fue distinguido con el Travellers’ Choice de Tripadvisor, un reconocimiento de la famosa plataforma digital de viajes que valida su originalidad y la calidez de su servicio, colocándolo en el 10% de las mejores experiencias del turismo mundial.

Este logro no se da por azar. Es la culminación de años de trabajo, de una filosofía de vida y de un sueño compartido por el matrimonio de Elías Derrache y Adriana Gómez. Juntos decidieron que la mejor forma de mostrar su vino no era en una moderna sala de degustación, sino alrededor de su propia mesa familiar.

Elías Derrache y Adriana Gómez fundaron la bodega familiar De la Tierrita en su casa en Eugenio Bustos
Adriana Gómez y Elías Derrache fundaron la bodega familiar De la Tierrita en su casa en Eugenio Bustos, San Carlos.

Adriana Gómez y Elías Derrache fundaron la bodega familiar De la Tierrita en su casa en Eugenio Bustos, San Carlos.

Ubicada en el barrio Juventud Sancarlina I del distrito de Eugenio Bustos, en San Carlos, Valle de Uco, la bodega artesanal y agroecológica De la Tierrita puso su primera semilla hace 25 años, cuando la familia Derrache-Gómez soñó con plantar vides para producir su propio vino y así llegado el momento de las fiestas de 15 de sus hijas no hubiera copas vacías para brindar.

Para eso faltaban años, los mismos que podían necesitar las uvas para madurar y hacerse vino. Se pusieron manos a la obra a investigar sobre vinificación y el tiempo cosechó sus frutos. La historia de este proyecto vitivinícola se fue tejiendo desde la autenticidad y la cercanía.

La bodega que nació para regar de vino la fiesta de 15 familiar

La historia de De la Tierrita no es la de una herencia millonaria o una inversión de alto calibre, sino la de una familia de pueblo arraigada a la tierra. De hecho, pese a ser sancarlinos de pura cepa ni Adriana ni Elías tenían antecedentes vitivinícolas.

"Mi papá tenía su viña pero no se dedicaba a hacer vino sino que en su hectárea y media cultivaba la uva y la vendía a las bodegas", recuerda Adriana para introducir a su marido Elías en la charla con Diario UNO, explicando que "todo empezó como jugando".

Juntos plantaron la primera viña en el terreno de 1.000 metros cuadrados que rodeaba su casa en un barrio de la localidad de Eugenio Bustos, en San Carlos. Hoy ya cuentan con el doble de la tierra.

La familia Derrache-Gómez fundó una bodega familiar y agroecológica, De la Tierrita, premiada por TripAdvisor
Ludmila, Adriana, Elías y Sofía, con copas de vino en mano, posando en los viñedos de su casa-bodega.

Ludmila, Adriana, Elías y Sofía, con copas de vino en mano, posando en los viñedos de su casa-bodega.

Sus dos hijas, Ludmila y Sofía, por entonces eran niñas: la mayor tenía casi 4 años y la otra apenas caminaba. Las miraban crecer y se imaginaban ya el festejo de 15 años de la mayor. "Nos planteamos ahí qué tal si hacemos el vino para el cumpleaños de 15 de las chicas, sin saber absolutamente nada del tema", revela Adriana.

Sin conocimiento previo en enología, la pareja se acercó a los "viejitos de la zona" y a los contratistas locales, quienes les enseñaron el oficio de la vitivinicultura y el respeto por la tierra. Con una mirada agroecológica, y la convicción de elaborar un vino que fuese "la uva en su máxima expresión," plantaron sus primeras cepas el 22 de octubre de 1999.

La experiencia enoturística más íntima de Mendoza

El proceso fue lento y artesanal, empezaron con el vino patero y no fue hasta el 2010 que se inscribieron en el INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura) como productores de vino artesanal, aprovechando una resolución que había surgido en 2002 para legalizar la actividad del vino casero tras la crisis de 2001.

La idea de recibir turistas surgió de manera orgánica. Tras participar en ferias de la Vendimia y ver el interés de la gente, los visitantes comenzaron a preguntar dónde estaba la bodega. La respuesta de la pareja era simple y sincera: "¡La bodega era nuestra casa!".

Desde el primer momento decidieron abrir sus puertas, sentar a los desconocidos en su mesa y contarles su historia con total honestidad. La gente se iba conmovida y lo que había nacido como una aventura familiar de a poco se fue transformando en un emprendimiento enoturístico que atrajo la atención de la provincia y del mundo.

Botellas de vino de la bodega familiar De la Tierrita en Eugenio Bustos
Dos de las etiquetas de vino de la bodega familiar y agroecológica De la Tierrita.

Dos de las etiquetas de vino de la bodega familiar y agroecológica De la Tierrita.

Lo que distingue la propuesta de De la Tierrita de cualquier otra en la región es su absoluta falta de pretensión económica y su calidez humana. Los visitantes, a menudo desconcertados por el GPS, llegan a una casa en un barrio de pueblo como cualquier otro y no a una bodega imponente con vistas al Cordón del Plata.

Allí los reciben Elías y Adriana, no como clientes sino como invitados a pasar un día familiar en su casa-bodega. La experiencia, que está pensada para ser de unas tres horas, a menudo se extiende a seis o siete, pues se genera una relación de familia y amistad con los visitantes.

Atención personalizada en la bodega familiar

La pareja recibe a un solo grupo por día, con un máximo de 10 personas, para garantizar la exclusividad. La visita no sólo incluye un recorrido por los viñedos ubicados en el patio de la casa, donde Elías comparte los secretos del cultivo agroecológico, sino también una inmersión en la cultura local.

"Los recibimos con mate, café, los turistas extranjeros, por lo general, te piden mate y que les enseñes a tomar mate y que le cuentes la historia del mate," explica Adriana.

La experiencia es "bien criolla," e incluye un asado y otros productos locales para degustar como dulces caseros o tortitas mendocinas.

Un sello de excelencia por la autenticidad de su propuesta

La pareja impulsa una economía circular en su comunidad, ofreciendo a los turistas productos de sus vecinos, como pan casero, salsas y dulces, y contándoles sus historias. Incluso la decoración del lugar, como los racimos de uva de metal o el pórtico de ingreso a la bodega ubicada en lo que era el garage de la casa, fue realizada por una artesana local, Karen Aguilar.

"Para nosotros este premio de Tripadvisor es muy emocionante. Detrás de cada visita hay un trabajo familiar hecho con respeto, compromiso y mucho amor," reflexiona Adriana.

La distinción Travellers’ Choice de la plataforma Tripadvisor, que reconoce a los destinos y actividades favoritas según las opiniones de los viajeros, llegó a De la Tierrita como una sorpresa. "Recibimos un correo de Tripadvisor y, sinceramente, pensamos que era un error o una broma", confiesa Elías. Tras la confirmación de la noticia, la emoción fue inmensa.

Bodega De la Tierrita distinguida por TripAdvisor
El reconocimiento de la plataforma TripAdvisor se puede ver en el sello que ponen a la bodega De la Tierrita.

El reconocimiento de la plataforma TripAdvisor se puede ver en el sello que ponen a la bodega De la Tierrita.

Este galardón es un testimonio del poder de la autenticidad de esta bodega familiar. Basado en las opiniones y calificaciones de turistas de todo el mundo, Tripadvisor les dio un sello de calidad que avala una propuesta que compite no con grandes infraestructuras sino con un servicio excepcional y una conexión humana genuina.

"El premio es que la plataforma pone su sello de calidad, digamos, a nuestra propuesta", explica Adriana, destacando que el reconocimiento es también para quienes creen en la conexión entre la tierra, la vid, la copa de vino y las personas.

Economía circular y agroecología: el futuro llegó al vino

A pesar del reconocimiento internacional, Elías y Adriana tienen claro su futuro. "No pretendemos recibir 10 grupos en un mismo día," asegura Adriana. "Queremos seguir con este disfrute de un solo grupo y de poder brindarle lo mejor a ese grupo o a esa persona que nos eligió para venir a aprender de vino, sin apuro", completa la emprendedora vitivinícola.

Su objetivo es mantener la intimidad y la calidad de la experiencia.

Sus planes no incluyen la construcción de una gran bodega industrial. En cambio, se centran en refinar aún más su propuesta para el turismo, ayudando a su comunidad bajo el concepto de economía circular y ofreciendo trabajo a la gente de su pueblo.

Turistas en la bodega familiar De La Tierrita en Eugenio Bustos
Una pareja de turistas disfruta el día en la bodega familiar De la Tierrita, ubicada en la casa de un barrio de Eugenio Bustos.

Una pareja de turistas disfruta el día en la bodega familiar De la Tierrita, ubicada en la casa de un barrio de Eugenio Bustos.

El sueño de Elías es también destinar una parte de su casa a los jóvenes que viajan por el mundo, ofreciendo un intercambio cultural donde puedan ayudar en la viña a cambio de aprender el idioma y la cultura local.

Elías Derrache sigue siendo empleado municipal de San Carlos, con la intención de que éste sea su trabajo principal al jubilarse, y Adriana Gómez ahora se dedica por completo al proyecto después de jubilarse como docente. No obstante, su legado va más allá de su viñedo.

El sueño del vino propio para una familia que se agranda

La historia de De la Tierrita es un faro de esperanza para quienes creen en el valor de lo auténtico. El premio de una de las plataformas de viajes más conocidas del mundo es un tributo a la calidez del hogar donde se tejen las historias que forjan la identidad de un pueblo. Y al poder de un buen vino para unir a las personas, demostrando que "el sueño lo tenemos al alcance de nuestra mano, no hace falta irse lejos para cumplirlo", dirá el matrimonio.

Antes de despedirnos hacemos la última pregunta: "¿Y cómo fue la fiesta de 15 de Ludmila?".

"Fue una fiesta preciosa. Teníamos que asegurar el vino porque sabíamos que era mucha gente la que iba a ir. Acá en Eugenio Bustos las fiestas son, por lo general, viernes a la noche, porque al otro día quedan las sobras para seguir celebrando en la casa ya más relajados. Teníamos que asegurar el vinito para todo el fin de semana que se remata el domingo y ahí sí que ya no queda ni una gota", concluyen el relato de un sueño cumplido en familia.

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