En la Patagonia argentina, en la provincia de Chubut, hay un pequeño asentamiento ubicado en una zona de meseta con fuertes vientos y clima extremo. Este pueblo está rodeado de campos dedicados a la cría de ovejas y se encuentra lejos de las ciudades grandes. La vida aquí es tranquila, con pocos habitantes y servicios básicos. Las calles son pocas y el pueblo se recorre fácilmente a pie.
El pueblo tiene solo 10 cuadras, aproximadamente 60 viviendas y alrededor de 90 habitantes. Los servicios incluyen un Juzgado de Paz para resolver conflictos locales, una escuela pública, un albergue para visitantes, un salón de usos múltiples (SUM) para eventos y una pequeña capilla. Todo está concentrado en un área reducida, lo que facilita la convivencia diaria entre los residentes.
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El centro municipal del pueblo de Buen Pasto.
El pueblo en medio de la nada
Este pueblo es Buen Pasto, una comuna rural en el departamento Sarmiento, provincia de Chubut. Está a unos 90 kilómetros de Sarmiento y más de 200 kilómetros de Comodoro Rivadavia. Su historia se relaciona con la ganadería ovina, y surgió hace más de un siglo, con la escuela como uno de los primeros edificios importantes.
Buen Pasto tiene una población pequeña, que ha disminuido en las últimas décadas debido a la migración y la reducción de la actividad rural. Según datos recientes, cuenta con poco más de 100 habitantes, incluyendo el área rural. Las instituciones clave son la Escuela Nº 102 Profesor Virgilio Zampini, el Juzgado de Paz y la capilla.
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El cartel que reza al ingreso del pueblo.
La economía depende principalmente de la lana y la cría de ovejas, con algo de apoyo de regalías petroleras. El clima es riguroso, con inviernos fríos, sequías y vientos constantes. Los residentes del pueblo enfrentan desafíos como el aislamiento, especialmente en épocas de nieve.
Buen Pasto es un ejemplo de los pueblos pequeños de la Patagonia: compacto, con solo 10 cuadras, y una comunidad unida que mantiene sus tradiciones pese a las dificultades. Es un lugar ideal para quien busca tranquilidad lejos del ajetreo urbano.
