Un bodegón que hace de las pastas caseras su orgullo se convierte en el lugar ideal para una cena reconfortante o una salida nocturna que termina con salsa en la comisura. Sus precios accesibles permiten comer platos llenos de masa sin mirar la cuenta. Aquí la pasta es abundante, fresca y se sirve en fuentes que alcanzan para dos sin esfuerzo.
En Crisólogo Larralde 3995, en Saavedra, Arias se posiciona como refugio para quienes buscan sabor italiano a precios de barrio a pasos de la avenida Balbín. El salón es amplio y familiar, con mesas de mantel a cuadros, paredes llenas de fotos antiguas y una cocina abierta donde se estiran los fideos a la vista. La decoración sencilla y el trato cercano convierten cada visita en una reunión de domingo.
El bodegón para comer pastas baratas
En una zona donde la pasta buena suele ser cara, Arias responde con un menú que equilibra calidad y cantidad a precios imbatibles. Desde raviolones hasta ñoquis, cada opción está pensada para satisfacer sin gastar de más. Los habitués llegan sabiendo que saldrán llenos con el sabor de la nona.
Las promociones estrella son pura tentación: raviolones de espinaca y ricota a un precio de $14.400; fideos al huevo (tallarines o fettuccine) solos a $10.800; malfatti de espinaca a $9.600 y ñoquis de papa a $9.600. Todas las pastas vienen con elección de salsa (filetto, bolognesa, blanca o mixta) y alcanzan fácilmente para compartir.
La carta se completa con pizzas a la piedra, milanesas napolitanas gigantes, carne a la parrilla con guarnición y ensaladas frescas. Los grupos encuentran paquetes para mesas grandes, convirtiendo a Arias en el lugar perfecto para cumpleaños, reuniones después del trabajo o cenas familiares sin exceder el presupuesto.
Arias se consolida como un clásico imperdible donde las pastas caseras abundantes, los sabores tradicionales y los precios justos se juntan para crear noches memorables. Para quienes buscan comer pasta hasta reventar en un ambiente cálido y sin vaciar el bolsillo, este bodegón en Larralde 3995 es una parada obligada que siempre deja ganas de volver.






