Parece ficción, pero es realidad palpable. El viernes último, la Justicia penal de Ecuador dio una sobrada demostración de rapidez y efectividad al juzgar y condenar al tercer involucrado en el doble asesinato de las mendocinas María José Coni y Marina Menegazzo.
Meterse con estadísticas suele ser antipático en casos como este, pero los números pueden ayudarnos a entender que un sistema judicial ágil en materia penal es posible en nuestro mismísimo continente.
Repasemos: los -ahora- tres culpables fueron detenidos y sentenciados en un plazo -realmente envidiable- de 19 meses.
A los dos primeros les impusieron la pena de 40 años de cárcel en apenas 6 meses después del hallazgo de los cuerpos de las mendocinas.
Al tercero lo juzgaron y condenaron, también a pasar cuatro décadas en prisión, en tan solo 4 días: de un martes a un viernes. Y eso que no se trató de un caso sencillo, con un par de testigos y vamos andando; no, señores, el caso Montañita es uno de los casos criminales más complejos de investigar, ya que la investigación penal preparatoria incluyó exámenes de ADN, que llevan su buen tiempo producir, y una reconstrucción de la escena de los hechos.
¿Y por casa cómo andamos? Es la primera pregunta que asoma al tomar conocimiento de la rapidez ecuatoriana. Podemos decir que bien, si tomamos en cuenta que la realización de audiencias orales para definir instancias del proceso ayudó a acortar los interminables plazos del proceso escrito de cabo a rabo.
Sin embargo, ese calificativo comienza a deshilacharse si tenemos en cuenta que: 1) la megacausa por los abusos a los chicos del instituto Antonio Próvolo está por cumplir un año de instrucción, 2) que por la complejidad del asunto y porque al año judicial le quedan dos meses el juicio no se haría este año, 3) que pasaron casi 8 meses de la tragedia del colectivo de Tur-Bus en la montaña, que dejó 19 muertos y decenas de heridos, y difícilmente el juicio se haga de aquí a diciembre, y 4) que recién a fin de año se haría el juicio por el femicidio de Janet Zapata, lo que es llamativo porque los sospechosos están presos desde hace más de un año ya.
En síntesis, estamos bien, pero... estos puntos suspensivos dejarán de ser tales cuando la Justicia penal emita sentencias firmes, que soporten el paso de los años y cualquier embestida apelatoria, aquí o en la Corte nacional, lo único que demuestra si una investigación criminal preparatoria fue exitosa o un fiasco.