Luego de que se conociera que el Ejecutivo Nacional habilitará que en Mendoza se reanude la construcción privada, desde la entidad que nuclea a los trabajadores pidieron que se respeten las medidas de salubridad e higiene que fueron establecidas en los protocolos y aseguraron que saldrán a controlar.
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Miguel Ponce, secretario de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) Mendoza, admitió que su postura no era a favor de que la actividad volviera a funcionar.
"Me preocupa la salud de la gente, aunque tengo claro la situación económica. Recibo todos los días muchos llamados de compañeros que están desesperados por volver a trabajar", comentó el dirigente mendocino.
Es que, según Ponce, debe estar claro que la emergencia sanitaria no ha culminado y que aún hay riesgos de contagio. "El hecho de que se libere el poder trabajar, no significa que tenemos que bajar los brazos con respecto a las precauciones. No hay que dormirnos porque esto es grave", destacó.
Con esta preocupación en mente, desde la UOCRA indicaron que se va a exigir que se cumplan todos los puntos establecidos en los protocolos que se acordaron con la Cámara de la Construcción para prevenir posibles contagios en las obras.
"Vamos a salir a la calle a hacer las inspecciones. La mayoría de los que tienen empresas privadas aceptaron de buena fe, nosotros vamos a acompañar", aseguró.
Sobre el aumento en los gastos para las empresas que implicarán cumplir con todos los requisitos, Ponce destacó que se requiere "voluntad" y que si no se pueden adquirir los termómetros láser, la temperatura puede ser tomada con otro tipo de artefactos.
"Actualmente, están todos los medios para controlar. Puede ser que para una pequeña empresa un termómetro de $30.000 sea mucho pero también se puede financiar con tarjetas, que es como está viviendo actualmente mucha gente, sino se puede usar otro tipo de termómetros. Todos tenemos que poner un poco", reclamó.
Según Ponce, a pesar de los posibles peligros que implica abrir la actividad para la salud de los trabajadores, fue el reclamo de las bases lo que provocó que el sindicato se sentara a dialogar. Esto se debe a la grave situación de parálisis que vive la construcción desde mediados de octubre del 2018.
"La mayoría se ha mantenido con las liquidaciones pero la gente que se quedó sin trabajo en octubre es la que primera que nos pidió que hiciéramos algo", detalló.